La raíz del conflicto palestino-israelí
1. Raíces históricas
Las raíces del conflicto palestino-israelí se remontan a miles de años. Cuando el rey Wu de Zhou abolió el comercio y estableció la dinastía Zhou, el naciente Reino Hebreo nació en la tierra de Palestina en el continente asiático. Siglos más tarde, el poderoso Imperio Romano surgió en Europa.
En el año 63 a.C., el Imperio Romano ocupó Jerusalén y gobernó Palestina. Aunque los judíos lanzaron muchos levantamientos armados, fueron reprimidos por el ejército romano, obligándolos a abandonar sus hogares y perder sus tierras.
2. Razones territoriales
El territorio que originalmente pertenecía a Palestina es cada vez más pequeño, mientras que el territorio junto a Israel es cada vez más. Israel anexó cada centímetro de tierra palestina perdida. Ahora Palestina ha llegado a una encrucijada crítica en el camino de la vida y la muerte. Ahora sólo hay dos caminos por recorrer. O levántate y lucha por el destino del país y la nación. Renuncia a la resistencia innecesaria y sé un ciudadano obediente y tranquilo.
Pero al principio, no había Israel en este mundo, y no había un estado judío. Los judíos lo robaron de Palestina.
3. Creencias religiosas
Los factores religiosos son la causa más profunda y fundamental del conflicto palestino-israelí. Los judíos y los árabes son los herederos del judaísmo abrahámico, el cristianismo y el islam. Todos creen que son el pueblo elegido de Dios y tienen derechos sagrados y exclusivos sobre el área palestina y la ciudad de Jerusalén. Los judíos llaman a Palestina la "Tierra Prometida".
Se considera la herencia permanente dada por Dios a su antepasado Abraham y a su descendiente (es decir, la nación judía). La Biblia registra que los judíos establecieron las dinastías davídica y salomónica en esta tierra y construyeron el primer templo en Jerusalén.
Más tarde, los judíos fueron conquistados y perseguidos por los asirios, babilonios, persas, griegos, romanos y otros extranjeros, y se vieron obligados a dispersarse por el mundo, formando la "diáspora judía". Pero los judíos nunca han abandonado su anhelo por la Tierra Prometida y su esperanza de regresar, y siempre han considerado a Jerusalén como su hogar espiritual y centro religioso.