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Entrenamiento de septiembre

En la sociedad actual, muchos padres tienen ansiedad educativa. Hay muchas razones para este fenómeno. En primer lugar, son las exigencias de la sociedad, porque la selección de exámenes actual se basa en las calificaciones de los niños, y en segundo lugar, es la promoción de algunas instituciones de tutoría. Para atraer estudiantes con fines de lucro, muchas instituciones de tutoría crean mucho pánico educativo. El más común es utilizar el lema de que los niños no deben perder en la línea de salida. Muchos padres también temen que otros niños se queden muy atrás después de inscribirse en clases de recuperación, por lo que muchos padres inscribirán ciegamente a sus hijos en muchas clases de recuperación, con la esperanza de evitar que sus hijos pierdan en la línea de salida. De hecho, no es necesario que los niños se inscriban en clases de tutoría, especialmente los niños de primer grado. Inscribirse en varias clases de tutoría a una edad tan temprana puede hacer que el niño odie aprender, porque estas clases de tutoría ocupan su infancia feliz. A continuación te damos algunas opiniones de por qué no recomiendo inscribirte en clases de tutoría cuando tus hijos son muy pequeños.

En primer lugar, hacer que los niños sean infelices en su infancia. El momento más feliz cuando un niño es pequeño es la niñez. Si está ocupado por varias clases de formación, sin duda será muy cruel con los niños. Además, el desarrollo cerebral de los niños no es particularmente alto cuando son pequeños y no se puede absorber ni digerir demasiado conocimiento, lo que también puede hacer que los niños se cansen de aprender. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente que los niños se matriculen en clases de formación cuando son pequeños.

En segundo lugar, no puedes aprender nada útil. Muchos cursos de formación disponibles en el mercado son simplemente lugares para que los padres cuiden de sus hijos. No se puede aprender nada en absoluto y la recaudación de dinero es casi inexistente. Sin embargo, cualquiera con sentido común sabe que el conocimiento en el primer grado es sólo piel en la piel, y básicamente no hay nada que requiera un estudio serio y sistemático. Este conocimiento se puede aprender en la escuela, incluso si no se puede aprender en casa, los padres pueden brindar orientación.

En tercer lugar, le impone presión financiera. El coste de los cursos de formación que se encuentran actualmente en el mercado es generalmente relativamente elevado, especialmente para los niños. Estas instituciones de formación aprovechan al máximo la preocupación de los padres por sus hijos y esperan que sus hijos tengan éxito, lanzando así una serie de cursos para crear pánico educativo y atraer a los padres a inscribir a sus hijos. En la vida actual, inscribir a los niños en diversas clases de formación se ha convertido en una presión financiera para los padres comunes y corrientes.