Mejor prosa en 2021
En un valle remoto, hay un acantilado de miles de metros de altura. No sé cuándo, un pequeño lirio creció al borde del acantilado. Cuando el lirio nace por primera vez, parece una mala hierba. Sin embargo, sabe en su corazón que no es una mala hierba. En su corazón hay un pensamiento puro: "Soy un lirio, no una mala hierba". La única manera de demostrar que soy un lirio es hacer florecer hermosas flores. "Con esta idea en mente, Lily trabajó duro para absorber el agua y la luz del sol, echó raíces profundamente y enderezó su pecho. Finalmente, una mañana de primavera, el primer capullo creció en la parte superior del lirio.
Lily Estaba muy feliz, pero las malas hierbas cercanas eran muy desdeñosas. Se rieron de Lily en privado: "Este tipo es obviamente una hierba, pero dice que es una flor. Creo que no tiene brotes y es un tumor cerebral. "En público, se burlaron de Lily: "¡Deja de soñar, incluso si realmente floreces, tu valor no será el mismo que el de nosotros en este desierto! ""
Lily dijo: "Quiero florecer, porque sé que tengo hermosas flores; quiero florecer, para cumplir mi solemne misión de flor; quiero florecer, porque me gusta usar flores para demostrar mi existencia. No importa si alguien lo aprecia o no, no importa cómo me mires, ¡floreceré!"
Bajo el desprecio de las malas hierbas, el lirio silvestre está tratando de liberar su energía. Finalmente un día floreció. Con su blancura espiritual y su gracia elegante, se ha convertido en la flor más hermosa del acantilado. En ese momento, las malas hierbas ya no se atrevían a reírse de eso.
Solo los lirios saben que las gotas de rocío de la noche son lágrimas de profunda alegría. Cada primavera, los lirios silvestres se esfuerzan por florecer y producir semillas. Sus semillas caen con el viento en valles y acantilados, y los lirios blancos silvestres están por todas partes.
Décadas después, innumerables personas vinieron de ciudades y pueblos para disfrutar de los lirios. Deje que las personas vean la belleza que nunca antes habían visto, se conmuevan hasta las lágrimas y toque los rincones puros y gentiles de sus corazones.
No importa cómo lo aprecien los demás, los lirios de toda la montaña siempre recordarán las enseñanzas del primer lirio: "Debemos florecer en silencio y de todo corazón, y usar flores para demostrar nuestra existencia".