Ensayo de 800 palabras "Las huellas del tiempo".
Cuando tenía 7 años, mis padres se divorciaron y yo seguí a mi padre. Al crecer, siempre he tenido una personalidad fuerte. Reprobé a Sun Shan en un examen importante. Cuando recibí el examen, la puntuación de color rojo brillante fácilmente picó mi frágil corazón. Sosteniendo el papel de prueba, me cubrí la cabeza con la colcha y me escondí dentro para llorar. Tenía miedo de las miradas despectivas de mis compañeros, de las miradas decepcionadas de mi padre y de las duras críticas del profesor. Siempre quiero ser el mejor, pero esta vez cometí un error. No sé cuándo, mi padre se paró detrás de mí, me quitó la colcha y me tomó por los hombros. Mi primera reacción fue esconder el examen detrás de mi espalda.
Mi padre no me preguntó por mis notas. Me secó las lágrimas y salió de la habitación. Nerviosamente metí el examen en mi mochila, pensando en cómo respondería si mi padre me preguntara.
Por la noche, se apagaron las luces. Sobre la mesa, hay una carta de mi padre: Hija, una flor sin viento y lluvia no puede florecer con flores hermosas. La vida inevitablemente será llena de obstáculos, pero mientras la afrontes con valentía y trabajes duro, podrás florecer la flor de tu vida. propia juventud. Aunque fallaste esta vez, fue un entrenamiento para ti. ¡Dile a papá que no te caerás! Has estado persiguiendo el éxito, pero mientras lo persigas, no habrá éxito absoluto ni fracaso eterno, simplemente porque el proceso es mayor que el resultado y la experiencia es más importante que la utilidad. El perseguidor siempre está en el camino; en la persecución, ¡el fracaso siempre va acompañado del éxito!
Al mirar la letra de mi padre, me pareció ver sus ojos llenos de confianza. Asentí pesadamente, sin estar segura si era por mi padre o por mí. Después de mucho trabajo duro, finalmente ganó su propio honor a través de la fuerza. Este paso estuvo lleno de tristeza y elegí ser fuerte. Las estrellas volvieron a llenar el cielo azul claro. Entiendo que todo se lo debo a una persona: mi padre.
Sin ninguna retórica hermosa, ni discursos profundos, ni sermones, ni culpas, ni críticas, simplemente me guió con calma a través de la dura y difícil subida, para que no estuviera solo en el viento y la lluvia. porque sé que él debe estar detrás de mí, apoyándome en silencio y dándome una sonrisa tranquilizadora cuando miro hacia atrás.