El don del tiempo y el aprecio de la prosa
Ahora, descubro que la verdad no es todo lo que imaginaba.
Se acerca el frío invierno y, a pesar del cálido sol, el frío sigue siendo apremiante. Para relajar la vista, tomé una bolsa de agua caliente y salí al balcón a tomar el sol. Aunque es invierno, el reverdecimiento de la comunidad no ha disminuido. Si sopla viento del norte, realmente creo que se acabó el invierno. Me llamó la atención un hermoso color en el pequeño jardín: dulce invierno. Mientras lo miraba, sentí como si hubiera un poco de dulzura en el aire. Entonces, a pesar del frío, bajé corriendo las escaleras, quejándome del clima, y caminé hacia Caiyun. Cuanto más me acercaba, más fuerte se volvía el olor. Mi corazón fue arrastrado por esta fragancia, llegué al pie del árbol y me detuve.
Los tiernos pétalos amarillos, como un pequeño sol, calientan lentamente mi corazón. Huelo el aroma, como masticar un trozo de caramelo hasta que sea dulce para mi corazón. En el momento en que me detuve, descubrí que el aroma del dulce de invierno era más fuerte que en años anteriores. Cuando era joven, deambulé alrededor de este árbol innumerables veces, pero nunca sentí una fragancia tan rica y dulce rodeándome y envolviendo mis pensamientos.
De repente descubrí las huellas del tiempo: este árbol dulce como el invierno ya no es el retoño que alguna vez fue. Ha experimentado invierno tras invierno y ha resistido la prueba año tras año. Después de pasar por tantas pruebas y giros y vueltas de crecimiento, ¡finalmente se ha convertido en la dulzura y fragancia que flota en el aire hoy!
La arena amarilla envuelta en oro se lava en el agua día tras día. La arena amarilla hace tiempo que desapareció con el agua que fluía, pero el oro se ha asentado silenciosamente. ¡Son tan deslumbrantes! Sólo porque ha sido lavado a lo largo de los años, siempre será lo más preciado: el tiempo ha eliminado las impurezas del oro y le ha dado el brillo más deslumbrante.
De repente me di cuenta de que a medida que crecía, los años no erosionaban mi inocencia infantil, sino que me daban madurez, sabiduría y coraje para afrontar las dificultades. Esos contratiempos en el crecimiento son sólo episodios, detalles inseparables de este musical de la vida; sin él, la vida no puede considerarse completa. El regalo que me ha dado el tiempo es la experiencia de vida y el éxito obtenido con mucho esfuerzo después de experimentar reveses y tribulaciones.
No sientas siempre que el tiempo pasa volando, siempre te dejará algo en cada viaje. Descubra con un corazón que sea bueno para descubrir. Esos fragmentos brillantes son regalos de los años y, cuando se juntan, ¡se convierten en tu maravillosa vida!