Ensayo de puntuación completa del examen de ingreso a la universidad de Shandong 2017: una librería que no ahuyenta a nadie logra la misma lectura para todos.
Así que el hecho de que la librería esté abierta las 24 horas sin ahuyentar a nadie es una buena noticia para algunas personas. Los beneficiarios pueden ser trabajadores inmigrantes de TI que acaban de terminar de codificar, periodistas que acaban de firmar ediciones, guardias de seguridad, soldadores que quieren mejorar sus conocimientos o personas sin hogar y sin un lugar donde vivir.
La librería que no cierra y rechaza a nadie les proporciona un lugar bendito para estudiar y descansar. Y esto se debe enteramente a la tolerancia de las librerías. En este mundo cualquiera puede traicionarte, cualquiera puede discriminarte, sólo el conocimiento no puede hacerlo. Como lugar importante de difusión del conocimiento, las librerías abren sus puertas a todos en todo momento, respetando el sentido propio del conocimiento.
Creo que la persona que tomó la decisión de mantener la librería abierta a todos debe tener completa simpatía y comprensión por las personas que aman la lectura, y también debe amar la lectura. Aunque él (ellos) soportarán una mayor presión de costos, él (ellos) dirán en su corazón que no es importante permitir que más personas disfruten del placer de leer. Y si se hace correctamente, no necesariamente causará pérdidas.
Piense en la librería Eslite en la provincia de Taiwán. En la ciudad silenciosa, siempre hay un lugar que enciende una lámpara para los lectores y las personas que regresan a casa por la noche. Entre las hileras de estanterías, la gente se sumerge en el océano de la lectura. Sin esta librería que está abierta las 24 horas del día no tendría esta experiencia de vida única.
Una librería que no cierra, una librería que no rechaza a nadie, en algún lugar, libera a la gente la tolerancia y la calidez de una ciudad. En la ciudad en la que vivimos es inevitable que existan algunos lugares insatisfactorios. Algunas personas viven en la Torre Qibao y otras pasan la noche en la calle. Algunas personas tienen ropa limpia y comida lujosa, y otras tienen sobras. La etiqueta de clase es muy obvia. Sin embargo, en esta librería donde no se permite la entrada a nadie y todos pueden entrar, frente a los abundantes libros, las diferencias de identidad de las personas han desaparecido, y solo tienen una identidad: los lectores. Frente a los libros, nadie es más noble que nadie, y nadie es más humilde que nadie.
Una librería que no cierra para nadie ha conseguido de buena fe el objetivo de que “todos lean y todos sean iguales”. Es un oasis de lectura en la ciudad y un "bastión sindical" para los noctámbulos y los que no tienen alojamiento. El escritor argentino Borges dijo que si existe el cielo, debería ser como una biblioteca. Quizás también se pueda decir que si existe el cielo, el cielo será como una librería. En este palacio del conocimiento no hay brecha entre ricos y pobres, no hay límite en el tiempo de estudio y todos los seres vivos son iguales.