Mis notas en la escuela primaria siempre eran malas y casi no tenía oportunidad de hacer preguntas. ¿Es necesario estudiar matemáticas en la escuela primaria después de ingresar a la escuela secundaria? ¿O simplemente empezar en la escuela secundaria?
Primero, cambia tu actitud de aprendizaje.
No hay presión para ingresar a una escuela superior en la escuela primaria. La mayoría de las escuelas no publican las calificaciones de los exámenes, por lo que generalmente es relativamente fácil. Por lo tanto, muchos estudiantes se relajarán en sus estudios, pensando que no importa si estudian bien o no, y no importa si les va bien o no en el examen. Pero después de ingresar a la escuela secundaria, se reúnen más estudiantes destacados, la brecha de rendimiento es más amplia y también existe presión para ingresar a la escuela secundaria.
Si continúas teniendo la mala actitud de aprendizaje que tenías en la escuela primaria en este momento, solo harás que la brecha entre tú y los demás sea cada vez más amplia. Por lo tanto, si quieres "regresar", debes cambiar tu actitud de aprendizaje.
El cambio de actitudes de aprendizaje puede ser forzado por la propia motivación interna, o puede ser guiado por los padres u otras personas para ayudarlos a cambiar. La motivación intrínseca es la determinación de cambiar y actuar.
La orientación externa es una forma indirecta de cultivar el interés de los niños por aprender. Sólo si les gusta aprender podrán formar una actitud de aprendizaje correcta. (Orientación externa sobre métodos específicos. Si está interesado, publicaré un artículo dedicado).
En segundo lugar, niéguese a profundizar en callejones sin salida.
Si un problema te deja perplejo, también podrías pensar en algunas soluciones más. Si descubre que su idea no funciona, no piense en por qué no funciona. Si este método no funciona, buscaremos otro. Para el mismo problema, a veces, si lo piensas desde otro ángulo, descubrirás la esencia del problema y te darás cuenta de su núcleo. Se sintió como una epifanía.
Si nos sentimos así con frecuencia, podemos mejorar nuestra confianza en nosotros mismos, animándonos así a pensar más y ejercitar el pensamiento divergente.
En tercer lugar, la diligencia puede compensarlo.
Si tienes talento, entonces la diligencia es la guinda del pastel; si naces aburrido, entonces la diligencia es tu mejor medicina. Al igual que resolver un problema, no es que realmente no puedas hacerlo, sino que eres demasiado vago para pensar en ello o hacerlo. Deja a un lado tu pereza y actúa ahora.