La Red de Conocimientos Pedagógicos - Aprendizaje de inglés - La vida ordinaria alcanza la perfección en los altibajos.

La vida ordinaria alcanza la perfección en los altibajos.

El atardecer se enamoró del océano y la figura en el horizonte se hizo cada vez más larga. Me quedé en la costa, dejando que la desenfrenada brisa del mar devastara mi largo cabello. El rugido del auto era ruidoso, dejando una sombra de polvo barrida detrás de mí. Mirando de lejos, una figura jorobada llega con calidez, una sonrisa, una charla o un recuerdo.

En la vejez, muchos recuerdos son vertiginosos y las huellas del tiempo han tallado arrugas profundas y superficiales en el rostro del anciano. Una vez lamieron los altibajos, la dulce fragancia y tejieron una nostalgia infinita y un apego a largo plazo en sus corazones.

La luna ha llegado a lo alto del sauce y las estrellas florecen en el cielo. Deambulé por la acera invernal, las hojas muertas crujían bajo mis pies, y miré las ramas entrelazadas y las sombras desnudas sobre mí, como los últimos años de mi vida, esperando la reencarnación de la primavera.

La noche se vuelve más oscura, el azul profundo se conecta con el mar y las montañas lejanas van desapareciendo. Caminé por el camino rural a casa y de vez en cuando escuchaba los susurros de mis vecinos. Esta noche de tonterías es tan hermosa. La imaginación lejana de tomarte de la mano y envejecer junto a tu hijo es tan normal en este país sencillo.

La gente siempre siente que el camino de la vida es difícil, pero nos olvidamos de preguntar a quienes tienen bodas de oro si también han pasado por altibajos. La indiferencia de una taza de té y una comida, las líneas de lágrimas y la amargura de la vida invicta son el verdadero significado de la vida. Cómo ver un arcoíris sin experimentar viento y lluvia existe desde hace mucho tiempo, pero nunca lo hemos entendido.

Algunas personas dicen que la vida es como un vaso de agua hervida, hay que remover los altibajos uno mismo. Me paré en el balcón y miré el hermoso paisaje. Este pueblo isleño es auténtico, sencillo y elegante, y lleno de colores puros. Aunque el silencio aquí resulta a veces sofocante, el aire fresco está lleno de una poesía infinita.

Mirando al mar, las luces al otro lado del pueblo isleño iluminan la noche de la ciudad, y personas solitarias van y vienen en lugares donde florecen el canto y el baile. Pero en este momento siento una paz infinita. El viento sopla suavemente, llevando la fragancia de la lluvia y el rocío, cayendo en mis pensamientos interminables, extendiéndose, extendiéndose...