Los días normales requieren una prosa maravillosa.
De hecho, la vida es como un caleidoscopio lleno de colores. Mientras lo agites con valentía, siempre te sorprenderá la felicidad y el aprecio de ensueño. Es mejor no discutir y no perder la diversión más común y la lente más preciosa en la negación y la afirmación.
En años normales, podemos usar los sueños como velas, tendremos un proceso de vida, tendremos un escenario real de mirar hacia atrás al ayer, pisar el presente y mirar hacia el mañana. Nuestros años florecen con el viento favorable, tenemos epifanía en la adversidad y la apreciamos en la epifanía. El árbol ordinario de la vida siempre estará cubierto por tu sonrisa y tu crítica.
La luna no siempre será redonda. Una sombra, una neblina, un poco de arrepentimiento, puedes conocer los preciosos pensamientos distantes y la lente del tiempo cuando la luna está llena sobre las ramas. La vida siempre avanza hacia la perfección en la ausencia, y hay arrepentimientos en la perfección. Así como la luna suele caminar cuando no hay luna llena, no podemos evaluar la luna llena sin la luz de la luna. La luz de la luna todos los días es maravillosa y cada día normal tiene una belleza normal.
Las capas de la vida requieren que establezcas, apiles y analices los días ordinarios. En la interpretación, experiencia, sensación y captación capa por capa. Sólo así podrás ver que la espesa vida ordinaria es como una página en lengua vernácula. Cuando miras hacia atrás, cada palabra es dura y preciosa. En este momento, descubrirá que vale la pena recopilar y recordar los días que han pasado.
La vida nunca envejecerá, sólo una vida con sueños será fresca y emocionante. Al igual que, entre todas las flores, sólo está viva la mariposa danzante con alas de colores. Mientras tengas un sueño, no discutas sobre la paradoja de las ganancias y pérdidas entre los sueños y la realidad, del mismo modo que las alas coloridas no discuten sobre su propio vuelo.