Habilidades de gestión para alumnos de primaria
Los padres deben supervisar a sus hijos con antelación, por ejemplo, antes de llevar al bebé al supermercado, deben decirle: no podrá comer comida rica si lo abre, porque los padres no lo han hecho. pagado todavía, y esto no está permitido en el centro comercial.
Hacerle entender qué son las reglas y la disciplina organizativa, lo que equivale a plantar una semilla en el cerebro del niño y darle ideas. Cuando hay un mal desempeño, debes disuadirlo inmediatamente y decirle: "Ya lo dije, me haces sentir frío". Si el niño tiene conciencia, si la sigues por un período de tiempo, el comportamiento difícil desaparecerá. mejorar.
2. Liderar con ánimo suele brindarles más oportunidades. Por ejemplo, cuando el bebé iba de compras, no molestaba a nadie por ello. En este momento, animar al niño unas cuantas veces más tendrá resultados significativos.
3.Elimine el efecto real. Para los niños particularmente traviesos, los padres deben mejorar su tolerancia, aceptar al niño con toda buena voluntad y decirle que no tiene motivos para amarlo así. No seas impaciente y te enojes fácilmente. Cuanto más fácil sea enojarse, más sentirá su hijo que está ganando. Sus métodos son prácticos y quiere resolver su travesura de forma mundana o ignorarla por el momento.
4. Los padres deben dar el ejemplo para tratar con naturalidad a los niños traviesos. Algunos malos hábitos de los niños son imitados por sus padres, porque las palabras y acciones de sus padres en la vida diaria les causarán daño.
5. La mayoría de los niños traviesos que se dan cuenta del deseo de expresión de sus hijos tienen un fuerte deseo de expresarse. Les gusta atraer la atención de los demás basándose en algunos comportamientos y "actuaciones" extraños, esperando recibir mucha atención y cada vez más atención y elogios. En el contexto de la enseñanza, a menudo hago preguntas a estos niños traviesos y desobedientes y creo oportunidades para que se muestren en el escenario para hacerles darse cuenta de que son muy valorados y cuidados, estimulando así su capacidad de autoaprendizaje y luego gestionando estrictamente ellos mismos, muy preocupados por la enseñanza en el aula.
6. Apreciar a los niños desde el corazón. Mucha gente piensa que apreciar a los niños significa decirles "¡genial!". De hecho, la valoración de la educación cultural está lejos de ser tan simple como "genial". El aprecio debe ser primero un estado de ánimo, un estado de ánimo que aprecie a los niños. La alabanza es sólo una forma de agradecimiento. Sólo incorporando una actitud de aprecio a los elogios pueden los niños sentirse verdaderamente apreciados.