Ser joven y bella no es el capital de una mujer. ¿Cuál es el capital de una mujer?
Ser joven y bella es el capital de la mujer, pero no lo es todo. Es innegable que las personas guapas tienden a tener más oportunidades, lo cual es capital. Sin embargo, las mujeres no pueden estar tranquilas sólo porque son jóvenes y hermosas, porque estos capitales son fugaces y no pueden convertirse en capitales fijos. El cultivo, la calidad, la visión y las condiciones económicas de una mujer son el verdadero capital, y también es una riqueza que no se verá impactada ni afectada sin importar si han pasado sus años o su apariencia ha envejecido.
Capitales como la juventud y la belleza deben complementarse con cultivo y calidad para convertirse en la guinda del pastel. De lo contrario, es sólo una decoración superficial, y después de un corto período de esplendor, será una derrota sin fin. Imagínese, si una mujer joven y hermosa grita fuerte y es descortés en público, ¿sus puntos se reducirán considerablemente? Las personas que todavía la miraban perdieron instantáneamente el interés, pensando que ella era simplemente una persona sin educación. Una mujer joven y bella sólo sabe de belleza y maquillaje. Lo que le importa todos los días es cómo comprar, jugar y ganar premios. No sabe nada de actualidad, no tiene pasatiempos y no tiene habilidades. ¿No sería aburrido estar mucho tiempo con una mujer así? Después de mirar a las hadas durante mucho tiempo, no podrás ver la belleza. Si eres joven y hermosa sin la bendición del cultivo y la calidad, después de todo será en vano.
El capital de una mujer reside en poder ganar dinero por sí misma. Algunas personas sienten que pueden confiar en sus padres en casa y en sus maridos después del matrimonio, y que sólo son responsables de verse hermosas. ¡Esta idea es demasiado peligrosa! Porque el corazón humano es lo más impredecible. Es posible que tus padres puedan apoyarte toda la vida, pero siempre envejecerán. Es posible que tu esposo te ame mucho, pero no hay garantía de que nunca cambies tu corazón. Sólo tu propia independencia financiera es tu mayor capital y la garantía de que siempre estarás seguro y confiado.
Entonces, en última instancia, el capital de una mujer es inseparable de la superación personal y el cultivo. Sólo aprendiendo y ampliando constantemente tus horizontes podrás tener tu propio capital fijo a lo largo de tu vida.