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Diario del terremoto de la escuela primaria

Un fuerte terremoto de magnitud 7,8 se produjo en el condado de Wenchuan, provincia de Sichuan, China. El terremoto conmocionó al país. Muchos niños han perdido a sus padres, muchos padres han perdido a sus hijos, muchas esposas han perdido a sus maridos. Sin embargo, durante el terremoto ocurrieron muchos casos conmovedores, que reflejaron la belleza de la humanidad entre las víctimas.

Este es un maestro llamado Tan Qianqiu. Estas armas, que difundieron innumerables conocimientos, recuperaron cuatro vidas jóvenes de las manos de la muerte en el momento del terremoto. ¡Las cicatrices en sus brazos registraron claramente todo esto! "Cuando lo encontramos, estaba acostado sobre el escritorio con los brazos extendidos, todavía vigilando a cuatro estudiantes. ¡Los cuatro estudiantes estaban vivos!". Un rescatista no pudo evitar llorar. El maestro Tan falleció para siempre. Cuando ocurrió el desastre, el maestro Tan no dudó en dejar la esperanza de vida a sus alumnos y la muerte a él mismo.

Una joven madre acurrucada entre las ruinas, sosteniendo en brazos a un bebé de tres a cuatro meses. Bajó la cabeza, se levantó el abrigo y contuvo la respiración. La niña en sus brazos todavía sostenía cómodamente los pezones de su madre y chupaba. Su rostro rojo contrastaba marcadamente con los pechos grises de su madre. Esta madre abandonó para siempre a su hija de tres o cuatro meses, pero nunca se olvidó de darle la última comida de leche.

Cuando la gente de la ciudad de Yingxiu, condado de Wenchuan, apartó con sus propias manos una esquina del edificio de enseñanza de la escuela primaria derrumbado, quedaron atónitos ante la escena frente a ellos: un hombre arrodillado sobre las ruinas, sosteniendo dos niños apretados en sus brazos, como un águila desplegando sus alas. ¡Los dos niños siguen vivos, pero "Eagle" está muerta! Debido a que el brazo que sostenía al niño estaba tan rígido, los rescatistas tuvieron que cortarlo entre lágrimas antes de poder liberar al niño. Al ver esto, mi corazón de repente sintió dolor. Me conmovió la calidad espiritual de este hombre que nunca olvidaría proteger a sus hijos hasta la muerte. ¡Fue tan impactante! Ya no está, pero su espíritu y sus acciones permanecerán en nuestros corazones para siempre.

Ante el desastre, los humanos somos grandes y estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas para salvar más vidas. Después del desastre, cuando los rescatistas removieron los escombros con sus propias manos, hubo escenas conmovedoras por todas partes, que reflejaban la belleza de la humanidad de las víctimas. ¡No tengas miedo a la muerte! Ante el poder de la vida, los cielos vergonzosos convergieron en una tormenta feroz. Mañana hará viento soleado y todo irá bien. ¡Que las personas afectadas por el desastre perseveren hasta este nivel!