Embajador de la Civilización de los Estudiantes de Primaria
Cuando los niños tienen aproximadamente un año y medio de edad, pueden desarrollar su propia conciencia de la defecación. Sin embargo, los niños de esta edad aún no pueden expresarse, por lo que los padres deben averiguar con qué frecuencia orinan sus hijos en función de sus hábitos diarios y llevarlos al baño de vez en cuando. Cada vez que orine, dígale a su hijo que orine en el baño, no en ningún lugar de la casa ni afuera. Aquellos niños que defecan en cualquier lugar afuera es porque no han desarrollado buenos hábitos en casa, y defecan en todas partes de la casa, por lo que también defecan afuera.
Según mi propia experiencia, mis dos hijos han adquirido el hábito de orinar y defecar solos después del año y medio. No sólo saben cómo usar el baño cuando se sienten cómodos, sino que no necesitan la ayuda de sus padres. Todo esto se debe a la orientación de los padres en la etapa inicial. Hoy en día, a muchos padres les gusta usar pañales para sus hijos, lo cual es conveniente y evita que se ensucien. ¿Pero puedo usar pañales por la noche y dárselos a mi hijo durante el día? ¿Desatar? Si este hábito no se puede cambiar durante el día, el niño no podrá desarrollar un sentido de autonomía. Los niños son muy inteligentes. Siempre que los padres brinden orientación paciente, se formarán buenos hábitos en aproximadamente uno o dos meses.
Cuando normalmente saca a su hijo, es mejor llevarle pañales antes de que desarrolle la conciencia de defecar solo, porque a veces puede ser inconveniente encontrar un baño afuera y tiene que para buscarlo en un rato. No al baño. Por eso, por el bien de la imagen de la ciudad y de la propia calidad, es más conveniente llevar pañales a los niños. Si el niño ha desarrollado un sentido de autonomía, asegúrese de llevarlo al baño. Para evitar el inconveniente de encontrar el baño, debe desarrollar el hábito de resolver el problema cuando ve el baño.
No es fácil para los niños desarrollar un buen hábito, y los padres deben tener la paciencia suficiente para guiarlos. Por lo tanto, siempre que los padres se esfuercen lo suficiente, sus hijos definitivamente le darán cada vez más sorpresas.