¿Cómo deben tratar los profesores con los niños desobedientes en su labor docente?
Mantén la calma
Los estudiantes son jóvenes, tienen poco sentido común, son ingenuos y tienen poco autocontrol. A veces cometen errores que enojan a la gente. Si eres imprudente en este momento, es inútil reprender en voz alta. Porque cuando la gente está entusiasmada, dirá algo que hiere su autoestima sin querer decirlo de antemano. No sólo es una gota en el mar, sino que, de hecho, les animará. En este momento, lo mejor es recordarte con una frase, nunca olvides que alguna vez fuiste un niño. De hecho, es imposible que los niños cometan errores cuando crezcan. Cuando nos llevamos bien con las personas que nos rodean, podemos insistir en contener y calmar nuestras emociones, y deberíamos hacer lo mismo con los estudiantes.
Elige el método correcto
Los profesores deben criticar a los estudiantes por su desobediencia y errores, pero deben dominar el método correcto. Las deficiencias de un estudiante, expuestas en público y criticadas sin piedad, pueden poner en peligro su autoestima y conducir a un punto muerto. Los profesores deben captar las medidas adecuadas, dar pistas mientras ayudan a los estudiantes a bajar las escaleras y utilizar métodos de crítica que los estudiantes estén dispuestos a aceptar, lo que puede lograr resultados inesperados. Saber animar a los niños, comunicar más y expresar sus ideas. No puedes negar todo acerca de ellos sólo porque son desobedientes.
Complacer las preferencias/gustos de alguien
A la mayoría de los niños desobedientes generalmente les gusta ser el centro de atención. Las críticas generalmente no funcionan con niños a quienes les gusta entablar conversaciones. Es mejor recordarles que piensen antes de hablar. Si su comportamiento afecta la disciplina en el aula, pídale que se levante y haga una pregunta en persona. Para aquellos niños a quienes les gusta hacer pequeños movimientos en clase, podría ser una buena opción caminar hacia él y utilizar movimientos corporales para incitarlo. Si es moralista, el maestro no debería confrontarlo directamente. Puedes hablar con él después de clase, pensar en formas e incluso llegar a un acuerdo de tres capítulos y luego implementarlo de acuerdo con el capítulo. Sólo cuando los niños sienten pleno respeto podrá la educación entrar realmente en su psicología.