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Prosa paisajística en "Lluvia de verano"

Todo el mundo sabe que el invierno en el Noreste es seco y frío, pero el verano en el Noreste no resulta refrescante. El clima es tan caluroso como el fuego. Al mediodía, el asfalto pegajoso estaba tan caliente como un pastel de arroz glutinoso negro en la carretera.

Recuerdo un verano hace unos años, después de varios días de clima cálido y seco, de repente comenzó a llover copiosamente y un chorro de gotas de lluvia golpeó mi cara, refrescante y refrescante. De vez en cuando, el olor a lluvia y tierra se mezclaba a mi alrededor, y la repentina y fuerte lluvia me empapaba. No tengo dónde esconderme y no quiero esconderme. ¡Que la tormenta venga con más violencia! Estaba tan empapado por la lluvia que fue como tomar una ducha. La lluvia corría desde mi cabeza hasta mis pies como una cascada.

La lluvia llegó demasiado rápido y el camino se convirtió en un río, un lago y un océano. Los árboles a ambos lados de la carretera se volvieron borrosos y los edificios se volvieron borrosos. Los coches navegan como submarinos hacia el espacio gris.

El agua llegaba hasta las rodillas, las olas se agitaban y la lluvia era cada vez más intensa. Nadé en el río, caminé en el lago, floté en el mar. La lluvia es como la sinfonía de Beethoven, llena de cuerdas. Observé a los petreles de Gorky volar en la tormenta, flotando en el viento y la lluvia, mirando al cielo bajo la lluvia y tejiendo túnicas de ceiba en el aire con relámpagos blancos. ¡Qué mundo más lluvioso! ¡Qué maravillosa sinfonía de fuertes lluvias!

El último capítulo de la sinfonía tiene un final sonoro y magnífico. La lluvia cesó poco a poco, el cielo empezó a aparecer, las nubes se disiparon poco a poco, la sombra del sol apareció detrás de nosotros y los pájaros empezaron a cantar.