La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos matemáticos - El estatus histórico del terrorismo de Estado

El estatus histórico del terrorismo de Estado

El peligro del terrorismo de Estado o gubernamental reside no sólo en su terrorismo individual sino también en su apoyo directo o indirecto a otras actividades terroristas, que es un acto de búsqueda de apoderados. Después de la Primera Guerra Mundial, "se puso de moda que algunos gobiernos apoyaran a organizaciones terroristas". Debido a que estas actividades terroristas beneficiaban su diplomacia, este apoyo financiero continuó. Por ejemplo, de 1929 a 1933, los gobiernos italiano y húngaro apoyaron a Croacia (una región de Yugoslavia) y a la Organización Revolucionaria Macedonia (IMRO) con 44 millones de liras. IMRO también cuenta con el apoyo de Bulgaria. Esto llevó a la firma del Convenio de Ginebra de 1937 para la Prevención y la Sanción del Terrorismo, que establecía que todos los Estados no sólo se abstendrían debidamente de cualquier deber de fomentar la actividad terrorista contra otro Estado, sino que también se comprometían a prevenir y castigar dicha actividad y la obligación ayudarse mutuamente a este respecto.

En resumen, los países nunca están dispuestos a aceptar o admitir que sus acciones conducen al terrorismo. Un país puede producir y vender armas para su propio beneficio, sólo para crear terror en la comunidad internacional. A veces se confunde deliberadamente la verdadera naturaleza del término terrorismo. Algunas acciones en pos de la autodeterminación, la independencia nacional y la liberación no sólo son legales, sino que también están respaldadas por la Carta de las Naciones Unidas, pero algunas personas las llaman "terrorismo". La Carta de las Naciones Unidas ha subrayado en muchos aspectos desde el principio la legitimidad de la lucha por restablecer los derechos y eliminar el fascismo, el racismo, el colonialismo o el totalitarismo. Al apoyar a los pueblos oprimidos, las Naciones Unidas expresan y reconocen implícitamente la existencia del terrorismo de Estado.

Personas inocentes sufren las consecuencias del terrorismo. No basta con proteger a personas inocentes mediante normas contra el terrorismo; hay que abordar las cuestiones subyacentes. Si se respetan las personas y los sujetos protegidos por el derecho internacional, naturalmente también se respetarán los derechos de los países oprimidos. La protección no es sólo un regalo del sistema internacional a los protegidos, sino también un derecho que los países iguales deben tener. En realidad, la protección parece ser un punto de apoyo para lograr la igualdad. En la comunidad internacional existen graves desigualdades entre países. Por ejemplo, la mayoría de las organizaciones internacionales son responsables de uno o varios países. ¡Sin igualdad no hay igual protección! Las reliquias culturales protegidas internacionalmente en realidad no están protegidas. Bajo la premisa de la "desigualdad", ¿qué más puede esperar la gente?