Composición final de quinto grado de 2015 de la escuela primaria Qianjin de la ciudad de Shangqiu
Por la noche, después de cenar, mi madre recogió la mesa como de costumbre. Mi madre salió de la cocina. La agarré y le pedí que se sentara en el sofá. "Mamá, has trabajado duro todo el día. Déjame ayudarte a golpearte la espalda". "Tú, ¿puedes hacerlo?", Preguntó mamá sorprendida. "¿Por qué no? 'Xiang puede calentar la colchoneta a la edad de nueve años'. A la edad de doce años, puede ayudar a sus padres a hacer lo que pueda, sin mencionar que yo tengo doce años", dije con confianza.
Cogí mi puño pequeño y golpeé a mi madre. Una, dos, tres veces, mi madre también se balanceó a mi ritmo. "No está mal, muy bien", exclamó mamá. Escuchar los elogios de mi madre me hace tan dulce como la miel. Cambié mi enfoque y froté la espalda de mi madre. Puse mi mano sobre el hombro de mi madre y le di un apretón. Miré a mi madre. Lo estaba disfrutando con los ojos cerrados. Hay algunas líneas finas alrededor de sus ojos.
Mirando estas finas líneas, no puedo evitar pensar en el cuidado que mi madre me tiene, lo que me rompe el corazón. ¿No son todas estas líneas finas causadas por esto en el rostro de mi madre? Cuando estaba enfermo, mi madre se quedaba conmigo día y noche; cuando estaba frustrado, mi madre me animaba cuando estaba triste, mi madre me consolaba. Al pensar en esto, mis ojos se humedecieron un poco y las lágrimas se deslizaron por mis mejillas en silencio. Levanté la mano y me sequé las lágrimas. "¿Qué te pasa, chico? Deja de golpear cuando estés cansado". Mi madre se dio la vuelta, miró mi frente sudorosa y preguntó con preocupación. "No, no estoy cansado", dije, y redoblé mis esfuerzos. El cansancio de la madre desapareció y una sonrisa feliz apareció en su rostro. Al ver la brillante sonrisa de mi madre, yo también sonreí.
En ese momento, decidí usar mi amor más sincero para hacer sonreír a mi madre para siempre.