¿Por qué decayó el Imperio Británico durante la segunda revolución eléctrica? ¿Por qué se levantó Alemania?
A los artesanos ingleses se les prohibió inmigrar hasta 1825, y la prohibición de máquinas de vapor, piezas y dibujos tecnológicamente avanzados duró hasta 1842. Pero apenas 14 años después, la alemana Siemens inventó el generador, seguido por el motor de combustión interna, el automóvil y la luz eléctrica. La humanidad ha entrado en la era de la segunda revolución industrial eléctrica, y los protagonistas de esta revolución fueron reemplazados por Alemania y Estados Unidos. En 1896, Gran Bretaña fue superada por Estados Unidos en términos de valor económico total, y su principal nivel industrial y tecnológico estaban por detrás de Alemania.
En aquel momento, el gobierno británico no estaba en absoluto preparado para la segunda revolución industrial. Lo más típico es que la construcción urbanística no haya seguido el ritmo. Después de la revolución industrial, más de 654,38 millones o cientos de miles de agricultores se trasladaron a las ciudades y vivieron en barrios marginales, y la plaga prevaleció. En la década de 1950, Londres olía tan mal que había que cerrar las ventanas durante el día. No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se comenzaron a construir diversas instalaciones municipales.
Las clases media y alta británicas son generalmente hostiles a la segunda industrialización, desconfían del cambio y la innovación y tienden a mantener el status quo. Renuencia a actualizar los equipos de producción nacional y adoptar nuevas tecnologías. Debido al enorme costo de reemplazar nuevas tecnologías y equipos, los industriales británicos prefirieron continuar utilizando los equipos existentes, como las máquinas de vapor. Mientras que los países emergentes están adoptando nuevas tecnologías y equipos, el Reino Unido todavía utiliza maquinaria y equipos más antiguos. Desde la perspectiva de los capitalistas, no es económico desmantelar la maquinaria y el equipo viejos que aún pueden usarse y reemplazarlos por otros nuevos, lo que obstaculiza el progreso de la industria británica.