Café y poesía: un registro de bella prosa
El café sabe a poesía. Prepare una taza de café, deje que el aroma salga silenciosamente de la cafetera, tome un sorbo y el aroma penetrará en su corazón y pulmones, único y rico. Usa una taza de porcelana limpia y digna para preparar una taza de café, usa una cuchara pequeña para mezclar un poco de mate de café fino, leche en polvo especial y azúcar blanca fina, revuelve lentamente, deja que el aroma se desborde y tus pensamientos son como nubes. Así que la poesía se elabora con este tipo de sabor.
El café tiene una filosofía poética. A algunos bebedores de café no les gusta el azúcar. Decir que es auténtico es vida cafetera. La vida es amarga, y ellos sólo buscan su propia fragancia en el amargor y la riqueza después de probarla. Ese sabor amargo puede hacer que la gente recuerde muchas cosas. La vida anterior ya pasó, esta vida es muy satisfactoria y nos volveremos a encontrar en la próxima vida. ¿Qué reencarnación no se trata de amargura y dulzura, sino de ganancias y pérdidas? Café amargo, amargo en la base de la lengua, con un retrogusto interminable. A algunas personas les gusta agregar azúcar para diluir el amargor del café y diluir el aroma del café, por lo que hay dulzura en el amargor. Caminar bajo el viento y la lluvia es una tarea ardua. ¿No sería prudente soportar todo el sufrimiento con dulzura de corazón? Así nació el poeta, que padecía una profunda melancolía y se perdía de vez en cuando en los cafés.
Mirando hacia abajo, ¿qué tipo de persona es más sabia y de mente más abierta? ¿Qué clase de persona entiende mejor la poesía y la vida?
Mientras tomo café, a menudo pienso en escribir poesía. Porque estoy allanando el camino a mi estado de ánimo Un clavel, una copa de montañas azules, un susurro de otoño, un rostro sonriente, un saludo, un rayo de calidez y un toque de ternura hacen que el poeta apasionado tenga siempre un impulso.
Cuando revuelves una taza de café, tu mente tiende a divagar muy lejos. Las personas conocidas, la juventud que envejece, una vida que amabas y odiabas, y los recuerdos que olvidaste pero que aún recuerdas, harán que tu corazón se inquiete. Pero en el café nadie conoce tu pasado, sólo el viento lo sabe, sólo Qin lo sabe, sólo el sabor del café es fuerte o ligero, amargo o dulce, según tu preferencia. También bebí café amargo, que en ese momento no tenía sabor. No hay diferencia entre amargura y no amargura. Pero muchas veces, si se le añade azúcar, la vida será muy difícil. ¿Por qué hacerte sufrir de nuevo?
No soy poeta, pero conozco el sabor de la poesía, igual que me gusta el sabor del café.