La Red de Conocimientos Pedagógicos - Aprendizaje de japonés - Reflexiones sobre las diferencias en las preguntas del examen de historia de 300 palabras

Reflexiones sobre las diferencias en las preguntas del examen de historia de 300 palabras

Método de escritura: describe eventos, evalúa objetivamente, analiza tu propio pensamiento y piensa cómo manejar mejor cosas similares la próxima vez. Anota métodos específicos.

Texto:

Me siento culpable por mi puntuación en este examen de historia. La historia ha cometido muchos errores que no deberían haberse cometido. Después de una cuidadosa reflexión, siento que esto tiene mucho que ver con que no leí atentamente las preguntas y no tuve una base sólida.

Resumí las razones del fracaso de este examen de la siguiente manera:

1. No existe una actitud de aprendizaje correcta. Una actitud correcta y seria hacia el aprendizaje es la base necesaria para el éxito de los estudiantes. Sólo con una actitud ideológica correcta podemos abordar correctamente la importancia de los resultados de los estudios y los exámenes. El examen es una prueba que la escuela realiza para los estudiantes y una forma de descubrir y corregir nuestras deficiencias.

2. No existe un objetivo de aprendizaje correcto. Una persona que se fija una pequeña meta en cada etapa no suele ser muy llamativa, pero brillará a la hora del examen, porque completa una pequeña meta y finalmente completa una gran meta. Sin embargo, no basta con tener objetivos sin acciones reales.

3. Normalmente tengo muy pocas exigencias conmigo mismo. A veces las personas pueden ser "vagas" y simplemente ser vagas. Las personas que suelen ser estrictas consigo mismas lo serán consigo mismas en todo lo que hagan, y deberían ser más estrictas consigo mismas cuando estudien.

4. Falta del espíritu de “no avergonzarse de preguntar”. Todos somos estudiantes. Si no entiendes algo mientras estudias, debes pedir consejo a otros. Cada uno tiene sus propios defectos y cada uno tiene sus propias ventajas. Aprende de las fortalezas de los demás y compensa tus propios defectos. Por ejemplo, si tú eres bueno en matemáticas y yo soy bueno en historia, podemos aprender unos de otros y mejorarnos mutuamente.

Sé que los errores no importan. Lo importante es que puedo reconocer correctamente mis errores cuando me equivoco y saber corregirme. Por lo tanto, corregiré mi actitud de estudio, seré diligente y estudioso, me exigiré estrictamente y me esforzaré por obtener buenos resultados en el próximo examen.