Problemas de la antigua fundición de hierro
Los principios básicos de la fabricación del hierro son básicamente los mismos que en la actualidad. El primero es la fundición de hierro, mediante un proceso de reducción de carbono. En los primeros tiempos, el mineral de hierro y las partículas de carbón se esparcían en capas y se quemaban en el fondo del horno. Debido a que la temperatura no es lo suficientemente alta, el arrabio blando producido tiene un alto contenido de impurezas. Estas piezas de hierro dulce luego se forjan en la forma deseada, que es rugosa. Posteriormente se inventaron las herramientas de soplado, lo que condujo a la construcción de grandes altos hornos, que aumentaron la temperatura del horno y permitieron refinar el arrabio líquido. Así surgió la tecnología de fundición de hierro, en la que se utilizaba arcilla o hierro para hacer modelos y se vertía hierro fundido en ellos para crear productos finos. Luego se popularizaron las herramientas agrícolas de hierro y las armas de última generación. Además, se producirá acero con menos contenido de carbono y mayor flexibilidad. Pero en la antigua China, la temperatura del horno no podía alcanzar un nivel suficiente y solo podía carburarse mediante calentamiento y forjado a largo plazo para fabricar acero "no calificado". Sin embargo, esto ha sido una gran mejora en comparación con el arrabio ordinario. Al mismo tiempo, las tecnologías relacionadas también han logrado grandes avances. Por ejemplo, se descubrió que la adición de otros minerales metálicos durante el proceso de fabricación de hierro puede producir aleaciones con propiedades especiales, y el polvo de hueso (que contiene fósforo) puede desempeñar un papel catalítico en el proceso de carburación.