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Educación de nuevo.

En el proceso de educar a los niños, la enseñanza y la gestión son igualmente importantes, pero para lograr el mejor efecto educativo, la enseñanza es más crítica. La enseñanza es guiar a los niños por el camino correcto, ayudarlos a comprender sus propias necesidades y estimular el deseo de los niños de explorar. La gestión consiste en corregir comportamientos incorrectos y hacer que los niños sean responsables de sus propios errores. Este artículo explorará cómo equilibrar la enseñanza y la gestión para que los niños puedan comprenderse mejor a sí mismos y al mundo, y cultivar la confianza en sí mismos y la independencia de los niños.

Prestar igual atención a la enseñanza y la gestión

En el proceso de educar a los niños, se debe prestar la misma atención a la enseñanza y la gestión, no solo para guiar a los niños a explorar el mundo, sino también para corregir comportamientos incorrectos. Sólo así los niños podrán crecer mejor.

La enseñanza es más crítica.

Enseñar es guiar a los niños por el camino correcto, ayudarlos a comprender sus propias necesidades y estimular el deseo de los niños de explorar. Sólo una educación correcta puede ayudar a los niños a crecer mejor.

Guía el pensamiento de manera oportuna

Cuando los niños encuentran problemas, los padres sabios guiarán a sus hijos para que piensen en el problema en lugar de darles directamente la respuesta. Esto permite que los niños comprendan mejor el problema y mejoren sus capacidades cognitivas.

Castigo adecuado

Cuando un niño comete un error, los padres deben detenerlo a tiempo y darle el castigo adecuado. Esto permite a los niños asumir la responsabilidad de sus errores y darse cuenta de la gravedad de sus errores.

Equilibrar enseñanza y gestión

A la hora de educar a los niños, debemos tener en cuenta tanto la enseñanza como la gestión, guiar activamente a los niños a explorar el mundo, mejorar las capacidades cognitivas de los niños y darles valores correctos. ​​y pautas de comportamiento. La disciplina y la reflexión oportunas pueden ayudar a los niños a comprenderse mejor a sí mismos y al mundo, y a cultivar su confianza en sí mismos y su independencia.