La inevitabilidad y la contingencia del desarrollo histórico
Por ejemplo, tomando como ejemplo la Guerra del Opio, la prohibición de fumar de Lin Zexu en Humen fue un accidente histórico. Daoguang nombró a Lin Zexu para gestionar el problema del opio en Humen, pero no esperaba una guerra del opio. No quiero tener un conflicto directo con Gran Bretaña y comenzar una guerra. Pero la guerra aun así ocurrió y fue causada por accidente.
Pero nos situamos en el panorama general de la historia y analizamos si la Guerra del Opio no habría ocurrido si Lin Zexu no hubiera sido enviado a Humen para prohibir fumar. La conclusión es que, ya sea que Lin Zexu fuera enviado para prohibir fumar o no, la guerra con los colonos británicos era inevitable. El enorme déficit comercial entre Gran Bretaña y China en té en ese momento los llevó a ver el opio como el único producto que podía ingresar a China para revertir la situación. Al mismo tiempo, sus ambiciones de expandirse en el extranjero también deben permitir a los Qing abrir más puertos comerciales. Al mismo tiempo, durante la dinastía Qing, todos, desde el emperador hasta los ministros, comprendieron los peligros del opio y la gente de todo el país continuó llevando a cabo campañas contra el tabaquismo. En este caso se superpusieron las contradicciones internas y externas, lo que debía ser una contradicción incompatible con los colonos británicos. La guerra es inevitable. Si Lin Zexu no hubiera iniciado la Guerra del Opio, tal vez el pueblo chino habría ido a la guerra con los colonos británicos y sus agentes internos. Por tanto, ésta es una necesidad histórica.
Tomemos el incidente de hoy como ejemplo. Cuando los conflictos se acumulan hasta cierto punto, eventos accidentales desencadenarán un movimiento. Otro ejemplo es el de una sociedad anónima. La gestión interna es caótica y contradictoria, el mercado exterior se está reduciendo y los competidores son cada vez más fuertes. Bajo el ataque de contradicciones internas y externas, la depreciación de las acciones es inevitable. En este momento, se dice que esta acción encierra el escándalo personal del dueño de la empresa. Sea cierto o no el escándalo, las acciones perderán valor rápidamente. Entonces, la depreciación de las acciones es inevitable y los escándalos son accidentales. No podemos achacar toda la culpa de la depreciación de las acciones al escándalo del patrón. Deberíamos ver claramente su inevitabilidad histórica.