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Educación feliz

A los niños que siempre esperan recibir elogios se les llama personalidades agradables en psicología: el comportamiento de estas personas a menudo les genera elogios. Por ejemplo, suelen mostrar amabilidad, tolerancia y aprobación hacia los demás y complacer a los demás. Su finalidad fundamental es ganarse el reconocimiento de los demás, aumentando así la confianza en uno mismo. Este tipo de persona considera que obtener la aprobación de los demás es el principio más elevado en el trato con los demás. No tienen opinión y a menudo se sienten débiles e impotentes. Las personas con personalidad alegre carecen de confianza en sí mismas, pero no dependen de mejorar sus propias fortalezas, sino que utilizan las actitudes y evaluaciones de los demás como criterio principal para la autoevaluación y ajustan su comportamiento utilizando las evaluaciones y actitudes de los demás como los principales criterios de autoevaluación, logrando así el propósito de potenciar la confianza en uno mismo.

La personalidad de los niños aún no está formada, por lo que no podemos decir cuál es su valoración y actitud hacia ellos mismos y utilizar esto como guía para sus acciones. Por el lado positivo, ayuda a su socialización; pero por el lado negativo, si no se controla bien el grado, los niños pueden perder fácilmente su individualidad. Los maestros deben corregir y guiar conscientemente a los niños con tendencias alegres y deben prestar atención a:

Los elogios a estos niños deben ser moderados. Los elogios siempre se han considerado un método educativo eficaz, pero los elogios también deben variar según el individuo. Los elogios excesivos sólo pueden fortalecer el comportamiento del niño y no favorecen la formación de una buena personalidad. Además, el contenido de los elogios debe estar dirigido a mejorar las habilidades de los niños en todos los aspectos, no sólo su desempeño en cuanto a carácter moral y disciplina. Debido a que estos niños están orientados por la evaluación y los estándares de los adultos, los elogios del maestro tienen un fuerte efecto guía, por lo que los maestros deben comprender el contenido y el alcance de los elogios. Hágales saber a sus hijos que la clave para ganarse el aprecio de los demás es confiar en sus propias fuerzas.