Ensayo sobre cómo afrontar con valentía el progreso continuo
El ideal es como un velero en el mar, con rumbo y potencia de navegación, mientras que la realidad es como el viento y las olas en el mar. La relación entre ambos es contradictoria y unificada. Si el mar está en calma, naturalmente llegarás a la otra orilla sin problemas. Si hay fuertes vientos y olas en el mar, el velero naturalmente perderá el control y quedará indefenso en el mar, pudiendo volcar en cualquier momento.
Entre el ideal y la realidad, ¿qué elegiremos? ¿Debemos ceñirnos a nuestros ideales o sucumbir a la realidad? A veces tenemos que sucumbir a la realidad y dejar nuestros ideales a un lado. Primero debemos anteponer la supervivencia, resolver nuestras propias necesidades básicas, tener un trabajo e ingresos estables, luego dejar que nuestros corazones se tranquilicen y luego dejar volar nuestros ideales. Si no se puede lograr ni siquiera la supervivencia más básica, cualquier conversación sobre ideales será un espejismo.
Al igual que Fan Meisheng en "Oda a la alegría", ella es hermosa, inteligente y trabajadora. Quiere tener su propia casa en Shanghai como la gente corriente. Este objetivo es más difícil para ella que Dios. En su entorno familiar, su excéntrica madre sólo la considera una máquina de hacer dinero, especialmente su perezoso hermano vampiro y su esposa la consideran una máquina de hacer dinero. Toda la familia depende únicamente de sus ingresos y, por fuertes que sean sus brazos o sus alas ideales, no pueden soportar mil libras. Bajo la presión de la cruel realidad, el tiempo irá desgastando poco a poco nuestro espíritu y motivación, dejando sólo recuerdos y arrepentimientos año tras año.
Lo ideal es como una luz en nuestro camino a seguir, guiándonos hacia adelante, pero la realidad es que el camino está lleno de zanjas y espinas, y en ocasiones nos desviaremos de la dirección mientras caminamos. Cuando hay un conflicto entre los dos, naturalmente compararemos nuestros derechos y elegiremos el más ligero. A veces dejamos de lado nuestros ideales y otras veces tomamos un desvío en lugar de rendirnos por completo a la realidad.
En el proceso de hacer realidad nuestros ideales, a menudo nos vemos envueltos en la niebla de la realidad. Ya sea que te pierdas en la niebla o salgas del capullo en la niebla, necesitas perseverancia y paciencia, y rendirte al destino y la realidad. Tu ideal puede estar escondido en la nieve. Sólo si no olvidas tu propio espíritu innovador, tus ideales podrán florecer brillantemente a través de la perseverancia y el coraje al afrontar la vida.