Sobre el principio y el final de un ensayo argumentativo maduro
La madurez es un brillo brillante pero no deslumbrante, una voz suave pero no grasosa, una tranquilidad que ya no necesita observar a los demás, una atmósfera que finalmente ya no atrae al entorno y una especie de desprecio por el ruido. manera de borrar la indiferencia extrema, un espesor que no necesita ser mantenido en secreto y una altura que no es empinada.
——Yu "Notas sobre la vivienda en la montaña"