Foto pregunta Xue
Los corazones están conectados con hilos
Escuela secundaria No 13
Xue Yinshuang
En el. hermosa juventud, A menudo nos conmueven las pequeñas cosas que nos rodean. Quizás una gota de lluvia, una línea de palabras, una brisa primaveral o un toque de puesta de sol tocarán sin querer nuestras fibras sensibles y jóvenes del corazón y reproducirán el movimiento más hermoso de la vida.
Me conmovió el cielo azul durante el día y caí en el abrazo del cielo; las gotas de agua fueron movidas por el agua del río y saltaron al pecho del mar; y le dejó un dulce beso en la cara. -Inscripción
Desde la primaria hasta ahora, mi madre siempre me despierta. Un día me levanté muy temprano y fui a la habitación de mi madre. ¡Había dos despertadores al lado de la cama de mi madre! En ese momento sonó el despertador, rápidamente regresé a la habitación y me metí en la cama. Escuché a mi mamá levantarse y luego la escuché cruzar la puerta de mi habitación hacia la cocina. Después de mucho tiempo, escuché a mi madre salir de la cocina y llamarme a la habitación: "¡Xiao Shuang, levántate!" "No es de extrañar que nunca llegue tarde. No es de extrañar que pueda desayunar caliente todos los días". p>
El segundo domingo de mayo de este año, mi madre fue a la tienda a encargarse de las cosas como de costumbre. Después de que mi madre se fue, me levanté tranquilamente de 8 a 11 en punto y finalmente terminé los platos. En el refrigerador y me enderecé. Finalmente supe cómo cocinaba mi madre para mí. Entonces, la llamé apresuradamente: "Mamá, me duele el estómago, por favor vuelve rápido. "Efectivamente, después de un tiempo, mis padres regresaron apresuradamente. Tan pronto como entraron por la puerta, le rocié una cinta a mi madre y le dije: "¡Mamá, feliz Día de la Madre!". "" Luego dejé un dulce beso en el rostro sudoroso de mi madre. Mamá miró los platos sobre la mesa y sonrió dulcemente con mi papá y conmigo.
En nuestra hermosa juventud, a menudo nos conmueven las pequeñas cosas que nos rodean. Quizás una gota de lluvia, una línea de palabras, una brisa primaveral o un toque de puesta de sol tocarán sin querer nuestras fibras sensibles y jóvenes del corazón y reproducirán el movimiento más hermoso de la vida.