¿Alguna vez has tenido que quedarte despierto toda la noche para hacer la tarea?
En ese momento, comencé a estudiar un trabajo de 3500 palabras el domingo por la noche. Este trabajo era parte del examen final. Miré la hora y vi que quedaban menos de doce horas.
Al principio intenté calmarme y concentrarme en la tarea, pero las cosas no salieron como esperaba. Me resultaba difícil concentrarme y el tiempo no esperaba a nadie, así que tomé la decisión de quedarme despierto hasta tarde y hacer la tarea continuamente. Decidí pasar una noche entera escribiendo este artículo.
Al principio podía concentrarme en escribir, pero a medida que pasaba el tiempo, mi cuerpo poco a poco se iba agotando. Bebí mucho café y bebidas energéticas para mantenerme despierto, pero no me sirvió de mucho. En las primeras horas de la mañana, mi cabeza se confundió cada vez más. Le grité a la cámara en la cama e incluso la rompí.
Al final, logré escribir el artículo, pero desde entonces me di cuenta de que no es un enfoque aconsejable. Mi cuerpo pasó factura y mi estado de ánimo pasó factura. A partir de entonces, me di cuenta de que predecir las tareas con antelación y planificar el tiempo de forma razonable es el enfoque correcto, incluso cuando se hacen los deberes.