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De ahora en adelante ya no escribiré un ensayo semiproposicional de 600 palabras.

De ahora en adelante ya no escribiré un ensayo de 600 palabras. Un ejemplo de ensayo semiproposicional es el siguiente:

1. ten miedo de las dificultades

La vida es como un pequeño bote, flotando y flotando, las cosas que experimenta son como las olas del océano, a veces altas y otras bajas. He experimentado muchas cosas mientras crecía, pero hay una cosa que hace que ya no tenga miedo a las dificultades.

Era un frío día de invierno y los copos de nieve volaban en el aire, cubriendo la tierra con una capa de plata blanca. Miré el paisaje fuera de la ventana de mi casa y mi estado de ánimo era tan frío como el clima exterior. Pensé profundamente, recordando los momentos en que tenía miedo de las dificultades y evitaba los desafíos.

En ese momento, cuando enfrentaba dificultades, tenía ganas de enfrentarme a un enemigo formidable y era tímido. Siempre que encuentro problemas en el estudio o en la vida, siempre encuentro varias razones y excusas para escapar. Sin embargo, estos problemas no desaparecieron debido a mi fuga, sino que se volvieron más serios.

Ese día, vi una historia en un libro, que contaba la historia de cómo un joven valiente superó las dificultades y finalmente logró el éxito. Esta historia me conmovió profundamente y me hizo darme cuenta de que ya no puedo huir de las dificultades.

Comencé a cambiar mi actitud, de tener miedo a las dificultades a enfrentarlas con valentía. Me dije a mí mismo: las dificultades son un catalizador para el crecimiento y sólo a través de ellas puedo volverme más fuerte. Comencé a concentrar mi energía en resolver problemas en lugar de hundirme en la evitación y la ansiedad.

Cada vez que me encuentro con un problema, ya no tengo miedo, sino que busco activamente soluciones. Comencé a tomar la iniciativa de pedir consejos a profesores y compañeros y utilizar diversos recursos para resolver problemas. He descubierto que cuando afronto las dificultades con valentía, los problemas no dan tanto miedo y se vuelven más fáciles de resolver.

Después de un período de ejercicio, ya no tengo miedo a las dificultades. Entiendo una verdad: sólo afrontando los problemas podemos resolverlos. Me he vuelto más confiada y valiente y amo más la vida.

A partir de ahora ya no tengo miedo a las dificultades. Creo que tengo la capacidad de resolver problemas y también creo que mientras persista en trabajar duro, podré superar cualquier dificultad.

Esta experiencia me hizo comprender una verdad: ante las dificultades, no tengas miedo y evítalas, sino afrontalas con valentía. Sólo a través de las dificultades crecemos y nos hacemos más fuertes.

2. A partir de ahora ya no soy tímido.

Solía ​​ser una persona muy tímida, no me atrevía a hablar en lugares públicos, e incluso me sentía nervioso cuando. responder preguntas en clase. Sin embargo, una experiencia me hizo dejar de ser tímido.

Era un concurso de oratoria organizado por la clase. La maestra nos pidió a cada uno de nosotros participar y preparar un discurso sobre un tema. Me sentí muy nerviosa y tímida porque nunca había hablado en público. Sin embargo, sabía que esta experiencia me haría mucho bien, así que decidí intentarlo.

Elegí el tema del coraje porque quiero utilizar este tema para animarme a mí mismo y a otros a enfrentar las dificultades y desafíos de la vida con valentía. Empecé a preparar mi discurso y seguí practicándolo. Aunque hubo muchos errores y pausas durante la práctica, no me rendí.

El día de la competición me sentí muy nervioso. Me temblaban las manos y los pies y los latidos de mi corazón se aceleraban mucho. Sin embargo, sabía que me había estado preparando para esto durante mucho tiempo y sabía que haría falta valor para afrontar este desafío. Entonces, respiré hondo y subí al escenario.

Cuando subí al escenario, vi que mis compañeros escuchaban atentamente mi discurso. Aunque todavía estaba un poco nerviosa, comencé a relajarme y a involucrarme en la presentación. Me dije a mí mismo que debía afrontar este desafío con valentía y transmitir este tema a los demás.

Después del discurso, escuché cálidos aplausos y elogios. Aunque mi actuación no fue la mejor, superé mi timidez y completé el discurso con éxito. Esta experiencia me hizo darme cuenta de que mientras tengas el coraje de afrontar las dificultades y los desafíos, podrás superarlos.

A partir de ahora ya no soy tímido. Comencé a enfrentar con valentía varios desafíos y dificultades en la vida. Sé que puedo superarlos y tener éxito si me esfuerzo lo suficiente. Esta experiencia también me hizo tener más confianza y valentía para expresar mis pensamientos y opiniones.

Esta experiencia me hizo dejar de ser tímido, me hizo darme cuenta de la importancia del coraje y me animó a enfrentar con valentía diversos desafíos y dificultades en mi vida futura.

Creo que mientras afrontemos las dificultades y los desafíos de la vida con valentía, podremos superarlos y alcanzar el éxito.

3. A partir de ahora ya no estoy confundido

Es inevitable que haya confusión en la vida, de la ignorancia al conocimiento, de la vaguedad a la claridad, de la timidez a la confianza. , del fracaso al éxito, estos procesos Todos son inseparables de la confusión. La confusión es un escenario en el camino de la vida, hará que las personas sigan creciendo y progresando.

En el pasado, tenía mucho miedo al fracaso, porque el fracaso significaba para mí vergüenza, el ridículo de los demás y la devaluación de mi autoestima. Por eso, siempre trato de evitar el fracaso, como obtener buenas calificaciones en los exámenes y ganar competencias. Sin embargo, nunca me he enfrentado realmente a mi corazón ni he pensado seriamente en mi futuro.

Hasta que un día conocí a una persona especial que me dijo: La vida es como una maratón. Sólo experimentando fracasos y reveses podrás ejercitar mejor tu fuerza de voluntad y tu resistencia. También me dijo: No tengas miedo al fracaso, porque el fracaso no es terrible, lo terrible es que nunca lo has intentado.

Estas palabras me hicieron pensar profundamente. Poco a poco comencé a comprender que la vida no es fácil, está llena de altibajos y contratiempos. Sólo experimentando fracasos y reveses podremos entendernos mejor a nosotros mismos y crecer mejor.

Así que comencé a enfrentar con valentía mis defectos y a probar cosas nuevas con valentía. Empecé a participar en varias competiciones. Aunque no obtuve buenos resultados, no me rendí. Empecé a intentar cosas diferentes y, aunque a veces fallaba, no retrocedí.

En este proceso, poco a poco fui entendiendo mi dirección y mis objetivos. Ya no estoy confundido, ya no estoy confundido. Sé lo que quiero hacer, sé quién quiero ser.

Ahora ya no soy la persona que tiene miedo al fracaso y a los reveses. Me volví más confiado y decidido, más valiente y más fuerte. Sé que mientras trabaje duro para perseguir mis sueños, podré alcanzar mis metas.

A partir de ahora ya no estoy confundido porque sé dónde están mi dirección y mi objetivo. Seguiré adelante hasta alcanzar mi objetivo.

4. A partir de ahora, ya no tengo miedo al fracaso.

Todos experimentarán el fracaso. Algunas personas optan por encogerse ante el fracaso, mientras que otras consideran el fracaso como un fracaso. trampolín hacia el éxito. No podemos elegir hacer que el fracaso desaparezca, pero podemos elegir no tenerle miedo.

Recuerdo que fue un suspenso en el examen mensual y quedé muy decepcionado. La puntuación en la boleta de calificaciones, esa puntuación deslumbrante, era como una gran piedra presionando mi corazón, dejándome sin aliento. Estaba aterrorizado porque estaba tan decepcionado con ese puntaje que tenía dudas sobre mis habilidades.

Sin embargo, en ese momento, recordé lo que una vez me dijo mi padre: El fracaso no es terrible, lo terrible es que ya no lo intentas. Esta frase me hizo sentir profundamente que ya no puedo permitir que el fracaso me moleste, debo superarlo.

Entonces comencé a reflexionar sobre mis errores. Leí atentamente las preguntas que había hecho mal y analicé las razones de mis errores. Descubrí que mi comprensión de los puntos de conocimiento no era lo suficientemente profunda y realmente no dominaba el conocimiento. Ésta es la razón de mi fracaso y también es la dirección en la que debo trabajar duro en el futuro.

Entonces comencé a hacer un plan de estudio. Estudié según el plan todos los días. Dejé esas actividades de entretenimiento inútiles y dediqué más tiempo y energía al aprendizaje. Escucho atentamente y completo cada tarea con atención.

De esta manera, persistí durante un mes y finalmente marqué el comienzo de otro examen mensual. Me senté nerviosamente en la sala de examen, el bolígrafo en mi mano volaba rápidamente sobre el examen. Hice lo mejor que pude para responder las preguntas. Revisé cada pregunta cuidadosamente y consideré la respuesta cuidadosamente.

Finalmente, salieron los resultados y me sentí extremadamente aliviado de estar satisfecho con la puntuación. Derroté al fracaso, me derroté a mí mismo. Me he cambiado con éxito y ya no tengo miedo al fracaso.

A partir de entonces, cada vez que encontraba dificultades y desafíos, pensaba en esa experiencia de examen mensual. Me dije a mí mismo que ya no tengo miedo al fracaso. Lo intentaré con valentía y afrontaré todas las dificultades y desafíos. Porque sé que sólo a través del esfuerzo continuo y el trabajo duro podemos alcanzar el éxito.

5. A partir de ahora ya no tengo miedo

En nuestra vida siempre hay muchas cosas que nos asustan, como el miedo al fracaso, el miedo a la soledad, el miedo a pérdida, etcétera.

Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que sólo afrontando estos miedos con valentía puedo superarlos realmente.

Cuando era niño, siempre le tenía miedo a la oscuridad. Cada vez que llega la noche, siempre tomo con fuerza la mano de mi madre y no me atrevo a soltarla. Tenía miedo de estar sola en una habitación, especialmente cuando afuera el viento soplaba muy fuerte. Siempre sentía un miedo inexplicable. Tengo miedo al fracaso. Siempre que encuentro contratiempos en los estudios o en las competiciones, siempre me siento frustrado y perdido.

Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, me di cuenta de que estos miedos no eran algo a lo que temer. La oscuridad es solo un mundo sin luz y no sucederá nada terrible si te quedas solo en una habitación. El fracaso no es algo terrible, simplemente nos dice que debemos trabajar más duro y afrontar las dificultades con más valentía.

Así que comencé a intentar superar estos miedos. Comencé a intentar quedarme solo en la habitación y comencé a intentar levantarme con valentía nuevamente después del fracaso. Descubrí que cuando enfrenté estos miedos con valentía, ya no tenía tanto miedo. Descubrí que cuando afronto estos desafíos con valentía, me vuelvo más fuerte y tengo más confianza.

A partir de ahora ya no tengo miedo. Ya no tengo miedo a la oscuridad, ya no tengo miedo de estar sola en una habitación, ya no tengo miedo al fracaso. Sé que si afronto estos desafíos con valentía, puedo superarlos. También creo que mientras afronte la vida con valentía, podré descubrir más belleza y felicidad.

Ahora ya no soy ese niño tímido. Me he vuelto más fuerte y más confiado. Sé que mientras afronte la vida con valentía, podré superar todas las dificultades y desafíos. También creo que mientras afronte la vida con valentía, podré descubrir más belleza y felicidad.