Composición japonesa saludable
La historia comienza hace dos años en el invierno. No lo menciones. Olvídalo. Olvídalo. Olvídalo. Levántate temprano y sal de casa. Sin columna eléctrica, sin columna eléctrica, sin columna eléctrica, sin columna eléctrica. Es un perro salvaje muy común. Perro corriente, perro bueno, perro bueno, perro particular, perro particular. Vivió dos años, se divirtió, se divirtió, vivió dos años y vivió dos años más. Gracias por tu bien, bien, bien. La historia comienza en el invierno de hace dos años. Lo encontré una mañana fría. Ese era un día que quería olvidar. Era raro que ese día me levantara temprano y saliera a sacar la basura. Al lado del poste de teléfono al lado del lugar donde se tira la basura, saca la lengua y tiembla en ese rincón. Es un perro callejero muy común y corriente. Normalmente no me gustan los perros, así que lo recogí ese día y comencé a caminar a casa. Cuando llegué a casa lo ayudé a bañarse y mientras veía televisión con él sentí un calor en mi pecho que nunca antes había sentido, aunque era muy pequeño. Fue muy cómodo y sentí que me afectaban desde el fondo de mi corazón. Durante los dos años que viví con él, hubo momentos en los que estaba feliz y, por supuesto, hubo momentos en los que me enojé por su ruido. Me volví agradecido con los perros y gatos salvajes. Gracias a ellos, pasé de ser cuidado por mis padres a ser cuidado por mí mismo. La vida cotidiana se llena de cuidado y amor por el mundo. Este es mi recuerdo más importante.
El cartel original por favor revisa