El barco de la vida navega solo.
Una persona famosa dijo una vez: "Sólo aquellos que pueden controlar su propio destino controlarán el destino de los demás". Cada uno de nosotros debe ser el capitán de su propia vida y liderar el barco de su propia vida. Al otro lado del éxito.
La vida está llena de frustración e impotencia. Peter dijo al final de la obra: "La vida es una gran aventura". Esta frase tiene sentido. Por eso, jóvenes capitanes, ¿qué harán cuando se encuentren con varias aventuras?
¿Escapar, renunciar a los derechos de capitán y dejar que otros se hagan cargo, o sostener el timón en tus manos y crear un mundo nuevo?
Por supuesto, debemos navegar por el viento y las olas y avanzar con valentía. Este barco es tuyo y tú eres el dueño del mismo. Entonces, cuando encuentre contratiempos, encuentre una manera de superarlos. Podemos pedir ayuda a los demás, pero no podemos pedir ayuda a los demás cuando nos encontramos con dificultades. Bajo la guía de otros, nuestro barco navegará hacia mares más amplios.
Conduciendo con mar en calma debemos buscar el destino al que queremos navegar, y no relajar el timón por este corto periodo de calma. Después de todo, las tormentas pueden ocurrir en cualquier momento, por lo que debemos permanecer alerta durante el largo viaje.
Sé el capitán de tu vida y conducirás tu barco al otro lado del éxito. Sí, el único que puede llevar tu barco al otro lado eres tú. Tienes que tener confianza en ti mismo, escuchar tu voz interior y tejer tus propios sueños. No empieces tu propio sueño sólo por lo que dicen los demás. Al mismo tiempo, no puedes ignorar los consejos bien intencionados que te dan los demás. Un buen capitán no sólo necesita buenas habilidades de control del barco, sino también la plena cooperación de sus marineros para ayudarle.
Cada uno de nosotros debería sostener el timón en nuestras manos. Por favor, no dejes que tu ropa quede varada en la bahía, necesita correr riesgos en el océano de la vida.
Jóvenes capitanes, ¿todavía no habéis cogido el timón?
Jóvenes capitanes, ¿están preparados?
Jóvenes capitanes. Naveguemos el barco de nuestra propia vida y pensemos con valentía: ¡la otra cara del éxito está ahí!
¡Vamos, súbete al barco!