Ilustra cómo se utilizó la meteorología como arma de guerra.
En 1940, 330.000 tropas británicas, francesas y belgas fueron sitiadas por el ejército alemán. Gran Bretaña aprovechó hábilmente la densa niebla en el Estrecho de Dover durante dos días consecutivos para movilizar todos los barcos nacionales y evacuar todos los barcos de forma segura desde Dunkerque a Gran Bretaña.
En junio de 1941, los fascistas alemanes lanzaron repentinamente una guerra relámpago contra la entonces Unión Soviética en un intento de capturar Moscú antes de que llegara el invierno. A principios de este año hacía frío porque el ejército alemán no preparó ropa de invierno, botas gruesas y calcetines, los soldados sufrieron graves heladas. Incluso la gasolina se congeló, lo que provocó que los tanques y unidades blindadas perdieran potencia. El Ejército Rojo aprovechó las favorables condiciones invernales para lanzar un contraataque a gran escala contra Dekou, lo que provocó que el ejército alemán perdiera millones de tropas.