¿Por qué los niños se portan "mal"? Diez maneras de ser disciplinado positivamente
Los niños son pequeñas criaturas que ponen a prueba la paciencia de los padres. Los niños de esta edad son notorios y famosos en todas partes. Puede obligar a la persona más razonable a solucionar un lío con una sola orden, y también puede obligar a la persona más amable y obediente a gritar.
Es por eso que los niños en esta etapa pueden hacer que las personas colapsen hasta tal punto. ¿Cuáles son sus comportamientos y las razones detrás de ellos, y cómo disciplinarlos efectivamente?
A veces sentimos que los niños pequeños están ahí específicamente para poner a prueba nuestra resistencia y molestarnos. Es realmente impactante cuando un bebé tranquilo se convierte en un niño agresivo que sólo dice "no" y "mío" a todo.
Cuando se trata de cuidado infantil, no existen pautas establecidas. Incluso si encuentra un método que se ajuste al estilo de crianza de su hijo, sigue siendo un proceso que requiere múltiples verificaciones, pruebas y errores. Comprender el comportamiento de su hijo puede ayudarlo a responder y manejarlo de manera más efectiva. Este artículo comprende principalmente las razones detrás de las rabietas de los niños desde una perspectiva profesional y cómo los padres pueden disciplinar activamente a sus hijos para resolver comportamientos "malos".
Las causas fundamentales del “mal” comportamiento de los niños
Los comportamientos negativos de los niños se presentan de muchas formas, incluyendo perder los estribos, morder, golpear, no compartir, falta de regulación emocional, escuchar instrucciones. , etc. Si bien esto puede resultar frustrante, es más importante comprender que el comportamiento de su hijo no es malo por serlo. Muchas veces hay buenos puntos de partida detrás de sus acciones, y comprender estos buenos puntos de partida puede ser la clave para mejorar el problema.
Entonces, ¿por qué los niños pequeños tienen conductas desafiantes? Esto se debe a que sus cerebros aún no están completamente desarrollados y están utilizando las mejores herramientas que pueden encontrar para procesar sus sentimientos. A menudo nos centramos en el comportamiento de nuestros hijos, pero en realidad deberíamos fijarnos en las razones de ese comportamiento. Nos centramos tanto en disciplinar (o castigar) el comportamiento de nuestros hijos que nunca abordamos realmente las necesidades subyacentes: tal vez el niño necesite una conexión más estrecha con sus padres, o más independencia, o algo más en lo que no hemos pensado pero sobre lo que nunca hemos preguntado. necesidad.
La causa directa del "mal" comportamiento de los niños
-Son reglas de aprendizaje. Cuando los niños exhiben comportamientos negativos, están poniendo a prueba los límites: no (sólo) nuestra paciencia, sino el mundo que los rodea. Están aprendiendo las reglas de su familia y de la sociedad y entendiendo lo que es y lo que no es aceptable. Como adultos, sabemos lo que se espera de nosotros porque aprendemos a través de muchos de los mismos canales. Por ejemplo, sabemos que tenemos que llegar a tiempo al trabajo, y una vez llegamos tarde y nuestro jefe nos dijo de alguna manera que llegar tarde era inaceptable. Nuestros niños están poniendo a prueba este límite para aprender cuál es el comportamiento esperado y cuáles son las consecuencias.
-Aún están desarrollando un lenguaje aceptable. A menudo escuchamos a algunos padres decir que sus hijos son desobedientes. Recuerde, los niños pequeños todavía están aprendiendo a procesar el lenguaje y su capacidad de atención es corta. Si dices "Deja de saltar en el sofá", probablemente no escucharán la palabra "no lo hagas". Si gritas, es posible que detengan el proceso de procesamiento de la información y lo reemplacen con una respuesta de miedo. Sea intencional al hablarle a su hijo y mantenga un lenguaje breve y preciso.
-Su comunicación es limitada. Imagínese lo frustrante que sería si expresara claramente sus deseos a las personas que lo rodean, pero ellos no pudieran entender lo que desea. Así se sienten muchas veces los niños pequeños, especialmente los que no pueden hablar. Cuando un niño quiere un juguete de un amigo pero no puede expresarlo, puede usar gestos al principio, pero la otra persona a menudo no lo entiende o no lo entiende. En este punto, el niño puede sentirse inhibido por la falta de respuesta y tratar de conseguir la atención que necesita rascándose, golpeando o haciendo berrinches.
-Tenemos altas expectativas. A veces podemos pedir demasiado a la gente pequeña. Los padres suelen tener altas expectativas para sus hijos. En términos generales, nuestros requisitos y expectativas para los niños son superiores a sus propias capacidades. Al educar a los niños pequeños, es importante recordar que están aprendiendo todas las reglas por primera vez. Necesitamos ser pacientes y esperar a que descubran cómo funcionan las cosas.
Cómo disciplinar a los niños
En lugar de pensar en cómo castigar a los niños, es mejor considerar cómo detener los "malos" comportamientos de los niños y redirigir y enseñar comportamientos positivos.
-Tiempo uno a uno.
Se recomienda que reserve un tiempo en su vida diaria y utilice estos "momentos especiales" para conectarse con sus hijos. Esto significa dejar de lado el teléfono y todas las distracciones, dedicar 20 minutos a concentrarse completamente en su hijo y seguir sus pensamientos durante las actividades de juego. Préstales toda tu atención y hazlos sentir especiales. Esto puede parecer simple, pero sus implicaciones son profundas. Utilizamos el "tiempo especial" para permitir que los niños maximicen su felicidad, ayuden a sus cerebros a funcionar mejor y les ayuden a desarrollar un mejor juicio y a ser más flexibles. Cuando esto se convierta en una práctica habitual, su hijo tendrá menos rabietas y menos situaciones "difíciles".
-Problema de predicción. Con el tiempo, usted desarrollará gradualmente una mejor idea de lo que desencadenará el comportamiento negativo de su hijo y podrá descubrir cómo lidiar con ello antes de que suceda. Por ejemplo, si sabe que salir de la casa de un amigo después de jugar puede provocar depresión y rabietas, puede discutir con su hijo qué tipo de comportamiento espera incluso antes de ir a jugar. Por ejemplo, configura una cuenta atrás y un aviso de unos minutos en tu teléfono móvil e impleméntala.
-Mantén la calma. Cualquiera que haya criado a un niño puede decirle que los niños van a perder la cabeza en algún momento, pero trate de mantener la calma y no se tome como algo personal el comportamiento difícil de su hijo (sabemos que es muy difícil). Esto te ayudará a reaccionar con más calma. Su hijo será más receptivo cuando usted responda con calma.
-Resuelve el problema y sigue adelante. Si estás tratando con un niño que golpea o muerde, lo mejor que puedes hacer es decirle con calma que eso está mal hasta que pueda controlar sus impulsos. Puedes decir: No quiero que me pegues/muerdas, me hará daño. Voy a sentarme aquí sólo para estar seguro. Algunos niños pueden tener más sentidos que necesitan una salida. Entonces, si todavía quieren pelear y morder, los padres pueden redirigirlos y dejar que golpeen las almohadas o les den mordedores.
-Reforzar conductas positivas. En lugar de centrarse en criticar el comportamiento negativo de su hijo, elogie el comportamiento positivo. Una de las mejores maneras de prevenir conductas no deseadas en los niños es que los padres se tomen el tiempo para enseñarles a sus hijos qué hacer, en lugar de simplemente castigarlos por lo que no deben hacer. Por ejemplo, muéstreles cómo jugar correctamente con los juguetes y utilice elogios positivos para reforzar las conductas positivas.
-Escucha. Los emojis de “100 razones por las que los niños lloran” son populares por una razón. A veces estos motivos son tan irrazonables que lo único que podemos hacer es restarle importancia a la situación (por ejemplo, te pidieron que cortaras fresas y tú se las cortaste, pero él perdió los estribos). No importa lo irrazonable que sea, cuando un niño pierde los estribos, lo mejor que pueden hacer los padres es escuchar con amabilidad, no dejar al niño cuando no está contento y tratar de ver el problema desde su perspectiva. Escuchar y sentir empatía fomenta las relaciones y permite que nuestros hijos se sientan más apoyados, lo que a su vez puede facilitar la crianza de los hijos.
-Proporcionar opciones. En lugar de simplemente decirles a sus hijos lo que no deben hacer, déjeles elegir lo que pueden hacer. Por ejemplo, si no quieres que salten en el sofá, diles que salten al suelo o se sienten en el sofá. Los niños mayores pueden pensar en otras actividades más seguras y menos disruptivas para liberar energía. Muchas veces, los niños necesitan mucho tiempo para correr, jugar y estar activos, por lo que es bueno que todos busquen maneras de ayudarles a descargar su energía de una forma sana y divertida.
-Ceder. Puede parecer completamente contradictorio, pero en algunas situaciones, ceder ante sus hijos puede ser una estrategia eficaz. Por ejemplo, su hijo hace un berrinche porque quiere un helado antes de acostarse. En este momento, sus cerebros aún no han desarrollado la capacidad de razonar lógicamente, por lo que recurren al único método (primitivo): llorar o rodar. En lugar de involucrarse en una lucha de poder que tal vez no comprendan en este momento, deles una bola de helado. Entonces podrá brindarle a su hijo la base para resolver problemas con usted.
-Turnarse en lugar de compartir. Cuando nuestros hijos no comparten, pueden surgir conflictos en el patio de recreo, en el aula o con los hermanos. Pero ¿qué pasa si no les decimos a nuestros hijos que compartan? La comprensión de la justicia por parte de los niños aún se está desarrollando. No tienen noción del tiempo y viven en el presente. Cuando se obliga a un niño a darle un juguete con el que está jugando a otro niño, no puede predecir cuándo lo recuperará. Cuando un padre dice "comparte", desde la perspectiva de un niño, suena como "¡renuncia a tu juguete favorito!". Los niños más pequeños entienden el concepto de "turnos" más fácilmente que pedirles que compartan.
Juego de roles.
Incorporar la resolución de problemas en el juego de simulación puede ser una forma divertida y eficaz de disciplinar a sus hijos. A los niños les encanta actuar y los padres pueden utilizarlo como una forma de pensar en diferentes respuestas en el juego y evitar conflictos. Su hijo no necesita el lenguaje hablado para comprender muchas cosas. Cuanto más a menudo utilices esta técnica de la casita de juego, más se convertirá en un hábito y más la entenderá tu hijo.
En última instancia, no existe un enfoque único para la disciplina infantil, pero la disciplina positiva es más efectiva que el castigo. Los padres son los mejores modelos a seguir, por lo que tácticas como los azotes sólo refuerzan el comportamiento aceptable de los azotes. Hipotéticamente, si tu marido actuara como su hijo de dos años, ¿qué harías que fuera útil? Los padres a menudo pueden disciplinar a sus hijos debido a su comportamiento o retroalimentación o porque no hacen lo que se les pide. Solo piénsalo, si tu pareja hace algo, no deberías estar pensando "¿Cómo puedo disciplinarlo?" sino "¿Qué le pasa? ¿Por qué hizo eso?".
Recuerda también que los niños aprenden del mismo modo que los adultos. Si cometemos un error en el trabajo, ¿nos encerrará nuestro jefe?
Por supuesto, si el comportamiento de tu hijo es especialmente malo y persiste, siempre conviene acudir al pediatra para una revisión, ya que puede haber otras causas patológicas. Si su hijo lo presiona y lo enoja haciéndose daño, busque ayuda de inmediato.
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