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El impacto de los factores subjetivos y objetivos en el éxito o el fracaso de una persona

Cuando reconocemos y afrontamos los reveses, también debemos aprender a hacer atribuciones correctas. Hay dos razones para la frustración, una son los factores objetivos externos y la otra son los factores subjetivos internos. Según la teoría de la atribución de la psicología social, las personas también pueden dividir las razones en dos tipos, a saber, atribución externa y atribución interna. Las personas que prefieren la atribución externa tienden a creer que los resultados de sus acciones están controlados por fuerzas externas. Estas fuerzas externas pueden ser impredecibles y estar gobernadas por la suerte, el azar, el destino, el poder de otros, las fuerzas de la naturaleza, etc. Las personas que tienden a internalizar están acostumbradas a pensar que los resultados de sus acciones están controlados por la gestión interna, y que las razones que dominan su éxito, fracaso y futuro son sus propias capacidades y destrezas, así como sus propios esfuerzos.

La atribución correcta es comprender y analizar de manera realista las causas de los reveses y descubrir si las causas de los reveses son externas o internas, o si los factores internos y externos están entrelazados y trabajan juntos. El análisis y la atribución correctos son las bases necesarias para afrontar y resolver situaciones frustrantes. Quienes atribuyen el éxito o el fracaso a factores externos son incapaces de controlar y ajustar su comportamiento y se sentirán impotentes e indefensos ante los reveses. Sin embargo, no es realista atribuir el éxito o el fracaso a esfuerzos personales insuficientes y a un sentimiento de culpa excesivo. También es imposible asumir una responsabilidad razonable por los resultados de la propia conducta y mejorar eficazmente la situación de frustración.

Para aquellos que están acostumbrados a hacer atribuciones unilaterales según sus propios patrones fijos sin análisis ni preguntas aleatorias, se debe prestar especial atención a realizar atribuciones precisas que sean consistentes con los hechos. Sólo analizando con calma las razones subjetivas y objetivas de los contratiempos con una actitud positiva y descubriendo el quid de la falla de manera oportuna puedo partir de mi situación real y utilizar acciones prácticas para promover cambios en la situación de contratiempo.

El nivel de aspiración es el estándar que las personas establecen para lo que quieren lograr antes de emprender una actividad práctica. Cuando los estándares son altos, el nivel de ambición es alto; cuando los estándares son bajos, el nivel de ambición es bajo. Este estándar autoestablecido es simplemente el deseo de un individuo por su propio desempeño, que puede no ser consistente con el desempeño real después de participar en actividades.

Si los valores de una persona determinan la dirección de su conducta, entonces el nivel de su ambición determina el grado de su conducta. Todos persiguen un cierto nivel de objetivos; de lo contrario, el individuo perderá la motivación para seguir adelante. La clave está en el nivel del objetivo y si los estándares que establece son adecuados. Si una persona tiene un nivel de ambición bajo, le resultará fácil alcanzar sus objetivos, pero ese logro no le reporta una satisfacción real. No contribuye mucho a aumentar su confianza en sí mismo ni a mejorar su autoestima. En realidad, su potencial físico y mental está enterrado. Sin la oportunidad de desarrollarse plenamente, habrá frustración provocada por el vacío, la frustración y la insatisfacción. Por otro lado, si tu nivel de ambición es demasiado alto y excede tu capacidad, aunque hagas lo mejor que puedas, aún así no podrás lograr la meta que deseas, lo que te hará sentir frustrado y debilitará tu autoestima. confianza y autoestima.

La investigación psicológica muestra que el éxito o el fracaso en las actividades y los niveles de ambición personal juegan un papel muy importante en la formación de las actitudes y los objetivos de motivación de las personas hacia las actividades. El éxito dará a las personas una sensación de logro, es decir, una sensación de éxito y realización. Las inspirará, aumentará su confianza y alcanzará nuevas metas. Por otro lado, no alcanzar las metas esperadas puede generar frustración y una sensación de fracaso, lo que puede provocar ansiedad y depresión, niveles reducidos de ambición, pérdida de confianza e incluso renunciar a intentar realizar mayores esfuerzos.

Por lo tanto, determinar un nivel adecuado de ambición es una cuestión importante para evitar contratiempos y fracasos, ganar éxito y confianza en uno mismo, y permitirse desarrollarse sin problemas.

La diferencia en el nivel de ambición de una persona depende principalmente de los siguientes factores: