Introducción a la columna del día del chino
Al anochecer, es el momento en que aquellas personas silenciosas esparcidas por la ciudad regresan a casa.
Aquellas personas que tienen prisa con el viento frío son como aves migratorias que regresan tarde, doblan sus alas en medio de la noche y regresan silenciosamente a sus nidos.
En una tierra como esta, nadie sabe cuántos edificios serán derribados y reconstruidos; en una tierra como esta, nadie sabe cuántos rostros hay vivos y muertos en una tierra como esta, nadie; Sabe cuántos edificios habrá. El recuerdo se detuvo abruptamente.
Estas imágenes no se pueden copiar, estas imágenes son fugaces.
Lo único que podemos hacer es empacar las cámaras que tenemos a mano, salir a las calles, registrar las historias reales ante nuestros propios ojos y registrar el día normal de estos chinos comunes y corrientes.
De esta forma no caerán en el olvido.