Una breve historia del futuro: experimentar el yo y narrarlo
Cuando se trata de evocar recuerdos, contar historias y tomar decisiones importantes, somos responsables de una entidad muy diferente dentro de nosotros: el yo narrativo. El concepto del yo narrativo es muy similar al del traductor del cerebro izquierdo de Gazzaniga, quien siempre está ocupado entretejiendo el pasado en una historia y haciendo planes para el futuro. El yo narrativo, como el de un periodista, poeta o político, no cuenta todos los detalles y normalmente sólo entreteje la historia con el clímax y el desenlace final del acontecimiento. El valor de toda la experiencia está determinado por el promedio del pico y el final.
La mayoría de las personas se identifican con su yo narrativo. El "yo" del que hablamos cuenta la historia en nuestras cabezas, no la experiencia del momento presente que sentimos constantemente en nuestros cuerpos. Nos identificamos con nuestros propios sistemas internos y queremos salir del loco caos de la vida razonando y tejer una historia que parezca razonable y consistente. No importa si la trama está llena de mentiras y lagunas, o si la historia siempre se ríe de sí misma debido a las repetidas reescrituras. Lo importante es que siempre sintamos que tenemos una identidad única e inmutable desde el nacimiento hasta la muerte (e incluso después de la muerte). Es este sentimiento el que da lugar a una creencia liberal cuestionable en la indivisibilidad de una única voz clara y consistente dentro de la mente que proporciona significado al universo entero.
Día 0283 de notas de lectura. Una breve historia del futuro. 0/07/23.20065.200010001005