La Red de Conocimientos Pedagógicos - Conocimientos educativos - ¿Cómo se debe educar a los niños antes de los tres años?

¿Cómo se debe educar a los niños antes de los tres años?

1. El entorno y la relación entre padres e hijos del bebé influyen decisivamente en su inteligencia y concentración. Cuanto más comprendan esto los padres, más podrán tratar a sus bebés como individuos inteligentes.

2. Los niños menores de tres años no pueden controlar activamente sus cuerpos y pensamientos, y no pueden pensar verdaderamente de forma racional. Los logros que han logrado son sólo el resultado de seguir las instrucciones de los adultos y dominar habilidades que están divorciadas de la realidad.

3. Los padres conocen mejor a sus bebés, tienen mejor conocimiento de sus necesidades y saben qué es lo mejor para ellos. Esto es algo que nunca se puede aprender de los libros y manuales.

4. La mejor manera de cultivar la voluntad de los niños es inducir la autodisciplina a través de actividades espontáneas e independientes. Estas actividades permiten que los niños conozcan su propio valor y adquieran un sentido de identidad. Para ello, los niños necesitan libertad, independencia y tiempo suficiente para disfrutar de la infancia.

5. La enseñanza académica formal comienza demasiado pronto y es demasiado intensa. El resultado puede ser que el niño aprenda detalles académicos, pero a costa de perder el temperamento para aplicar ese conocimiento.

6. La inferioridad es en realidad una especie de trauma mental. La mejor manera de sanar es reconectar la cognición del niño con su propia belleza interior y recuperar una comprensión positiva de sí mismo.

7. La vida de los niños se extiende mucho más allá del sistema escolar, pero debemos centrarnos en el proceso de “educación” divertido y significativo en cualquier entorno.

8. No estás enseñando a tus hijos, estás viviendo y creciendo con ellos.

9. Una relación de apego temprano estable y amorosa es muy importante para el desarrollo temprano de un niño. Esta relación también promueve la capacidad de los padres para ser padres, creando una relación cercana que puede ser una buena interacción entre padres e hijos.

10. El juego libera sustancias químicas saludables que pueden combatir la ansiedad y los impulsos agresivos. Investigaciones recientes muestran un vínculo entre la falta de juego y la falta de concentración.