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El renacimiento de la Ruta 66

En busca de recuerdos compartidos

Aunque la Ruta 66 ya no es visible en el mapa de carreteras, todavía hay un grupo de personas que nunca olvidan esta carretera y todo lo que alguna vez trajo al pueblo estadounidense. Por eso, en 1990, se estableció la "Federación Nacional de la Ruta Histórica 66" en Arizona y Missouri, respectivamente, para reunir a personas con intereses afines y despertar la memoria de los estadounidenses sobre ello.

Ese mismo año, Missouri incluso declaró esta carretera "Ruta Histórica Estatal" y estableció una señal de "Ruta Histórica 66". Gracias a los esfuerzos de la Alianza Ruta 66, desapareció del mapa como Ruta 66 y regresó al mapa como "Ruta Histórica 66".

Aunque la Ruta 66 ha pasado por muchos altibajos, siempre ocupará un lugar insustituible en la historia de las carreteras estadounidenses. Es la vía de costa a costa más antigua de los Estados Unidos. Debido a su trayectoria diagonal (de Chicago a Santa Mónica), rompe las limitaciones anteriores de las autopistas horizontales de este a oeste, acortando el tiempo de viaje de este a oeste. La Ruta 66 no sólo es la principal arteria de transporte de este a oeste en los Estados Unidos, sino que también juega un papel importante en la historia de la expansión de los Estados Unidos hacia el oeste.

A finales del siglo XIX, la Ruta 66 era sólo un camino de tierra transitado únicamente por carruajes tirados por caballos. Pero en 1926, debido a las necesidades de transporte, el gobierno gastó mucho dinero para conectar las carreteras intermitentes. Debido al terreno ondulado, la construcción no fue fácil y tardó más de diez años en completarse. En ese momento, Estados Unidos atravesaba un período de "pánico económico". La construcción de la Ruta 66 proporcionó decenas de miles de puestos de trabajo en la entonces deprimida economía y ayudó a muchos trabajadores a ganarse la vida.

Además, según los datos, el medio oeste de Estados Unidos sufrió una grave sequía y la vasta tierra de repente se volvió estéril. En ese momento, muchos agricultores se vieron empujados a la pobreza por la sequía, por lo que empacaron sus únicas posesiones y llevaron a sus familias a California a lo largo de la Ruta 66, con la esperanza de buscar riqueza y comenzar una nueva vida en el Oeste. Por tanto, en la mente de los estadounidenses de aquella época, la Ruta 66 era una carretera que simbolizaba los sueños y cumplía el sueño americano.