El ensayo argumentativo de Cai Yude tiene 800 palabras.
Como miembro de la sociedad humana, todo el mundo desea convertirse en una persona talentosa y virtuosa. Sin embargo, a menudo nos enfrentamos a la elección entre perseguir la mejora de los talentos o centrarnos en el cultivo de la ética. Este artículo discutirá la importancia de estos dos aspectos y propondrá una visión equilibrada de que se debe dar igual énfasis al talento y la ética.
Hablemos primero de la importancia de los talentos. En una sociedad altamente competitiva, las personas con talento suelen destacar. En la escuela, los estudiantes con excelentes calificaciones suelen recibir más oportunidades y honores. En el lugar de trabajo, los empleados talentosos tienen más probabilidades de obtener ascensos y aumentos salariales. Por tanto, no se puede ignorar el cultivo del talento. Una persona talentosa puede crear más valor para la sociedad y promover el desarrollo social.
Sin embargo, no podemos centrarnos únicamente en el cultivo de talentos e ignorar la importancia de la ética. Tener capacidad e integridad política siempre ha sido un valor defendido en nuestra cultura tradicional. El carácter moral de una persona determina su código de conducta y la forma en que maneja las cosas. A las personas que carecen de moralidad, por muy talentosas que sean, les resultará difícil ganarse la confianza y el respeto de los demás. Además, una vez que su comportamiento viole la moralidad, no sólo les causará daño a ellos mismos, sino que también tendrá un impacto negativo en la sociedad.
Por supuesto, el cultivo de talentos no se puede ignorar. Sin embargo, mientras mejoramos nuestros talentos, también debemos prestar atención al cultivo de la moralidad. Sólo cuando alcancemos un alto nivel de moralidad y talento podremos convertirnos en personas verdaderamente destacadas. Por lo tanto, debemos esforzarnos por desarrollar nuestros talentos bajo la guía de la moralidad y, al mismo tiempo, mejorar constantemente nuestro cultivo moral.
Para lograr este objetivo, debemos empezar por la educación y la cultura. En educación, debemos prestar atención al desarrollo integral de los estudiantes, no sólo al aprendizaje de conocimientos, sino también al cultivo del carácter moral. Podemos mejorar la conciencia moral y la responsabilidad social de los estudiantes ofreciendo cursos de educación moral y organizando actividades de práctica social. Culturalmente, podemos promover la civilización moderna y mejorar el cultivo moral de las personas llevando adelante una excelente cultura tradicional.
En definitiva, el talento y la virtud son dos elementos indispensables de la sociedad humana. Mientras buscamos talentos, también debemos prestar atención al cultivo de la ética. Sólo así podremos convertirnos en una persona verdaderamente destacada y contribuir al desarrollo y progreso de la sociedad.