¿Soy una niña traviesa?
De hecho, la infancia es realmente sencilla. Las personas felices son todas traviesas y, a menudo, sus madres les enseñan, pero debemos aprender a valorar los buenos momentos. Es precisamente por la felicidad de la infancia que cuando crezcamos tendremos una actitud más optimista para afrontar la vida con valentía.
Nueve de cada diez veces en la vida, una cosa siempre se superpone con otra, y nunca todo será fácil. Si quieres escalar una montaña, debes empezar desde el primer paso. Si quieres una vida mejor, empieza desde el primer paso. Si quieres ver la última belleza, debes persistir hasta el final.
No importa cuántos reveses tengamos, no pueden derrotar nuestra persistencia en nuestros ideales y creencias. Mientras trabajemos lo suficiente y mantengamos nuestros esfuerzos, podremos tener éxito.
Una persona puede alcanzar un alto grado de concentración y profesionalismo haciendo sólo una cosa en su vida. Este es el poder de la perseverancia. La diferencia entre nosotros y la excelencia es la perseverancia. Éste es el poder de la perseverancia, en el proceso de nuestros esfuerzos por persistir.
Los llamados resultados y procesos están estrechamente relacionados, el proceso es el resultado y el resultado es el proceso. A través de nuestros incansables esfuerzos, todo eventualmente se hará realidad. Debemos entender la sabiduría de "pedir sólo, no preguntar, sembrar y cosechar".
No hay problemas en la vida. El único problema es que no puedes creer en ti mismo, no puedes actuar, no puedes persistir, no puedes trabajar duro. Si aprende a perseverar y trabajar duro toda su vida, pregúntele a Mo Wen las recompensas. Cuando llegue la cosecha, os hará cada vez mejores.
La persistencia es la base del éxito. Si te rindes a mitad de camino, estás destinado a fracasar, pero a la inversa, mientras persistas en hacer cualquier cosa, tienes posibilidades de éxito.
Sin perseverancia, la vida no sería tan próspera hoy en día, y el éxito llegaría de forma natural. Debe haber un fracaso antes del éxito. Sin embargo, mientras podamos superar las dificultades y trabajar incansablemente, estaremos un paso más hacia el éxito. Nadie puede triunfar por casualidad. Las personas exitosas deben ser descuidadas, porque Dios siempre es justo.