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Ensayo sobre cinco pecados capitales que afectan la vida feliz de las personas

Durante miles de años, la búsqueda del propósito de la vida ha desconcertado a la gente. Esto se debe a que empezamos desde el lugar equivocado: con nosotros mismos. Siempre hago preguntas egocéntricas: ¿Qué quiero hacer? ¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Cuáles son mis metas, cuáles son mis aspiraciones, cuáles son mis sueños para el futuro? Pero si nos centramos demasiado en nosotros mismos, nunca encontraremos nuestro propósito.

¿Qué impulsa tu vida?

¿Nuestras vidas siempre están impulsadas por algo?

En la actualidad, puede que te impulse un problema, un tipo de presión o un determinado contacto laboral. Es posible que lo impulsen recuerdos dolorosos, miedos persistentes o creencias inconscientes. Hay cientos de situaciones, valores o emociones que te impulsan. Aquí tienes cinco de los más comunes:

Pecado nº 1: Culpa

Muchas personas se dejan llevar por la culpa: se pasan la vida lamentándose y ocultando su vergüenza. Las personas impulsadas por el pecado están controladas por los recuerdos. Dejaron que su pasado controlara su futuro. A menudo se castigan a sí mismos sin querer saboteando su éxito.

Somos productos del pasado, pero no debemos ser prisioneros del pasado.

El segundo pecado: el odio

Muchas personas se dejan llevar por el odio y la ira: les preocupa el dolor y no pueden dejarlo ir. No perdonan a las personas que los lastimaron y, en cambio, repiten su dolor una y otra vez.

El odio siempre te hará más daño que la persona que te hace daño. Tal vez la persona que te lastimó haya olvidado el daño que te causó y haya comenzado a vivir una vida normal, pero tú todavía estás inmerso en el dolor del pasado y preocupado solo.

Recuerda: el dolor del pasado no seguirá lastimándote a menos que no puedas dejarlo ir. su. ¡Lo que es pasado es pasado! Lo que pasó, pasó y nadie puede cambiarlo. Por tu propio bien, debes aprender de ello y dejarlo ir. La Biblia dice: "Es una tontería y una vanidad preocuparse por el odio".

El tercer pecado: el miedo

Muchas personas se dejan llevar por el miedo. Su miedo puede ser el resultado de una experiencia dolorosa, expectativas poco realistas, estar en un hogar demasiado estricto o un rasgo genético. Cualquiera sea el motivo, simplemente tienen miedo de cruzar la línea. Al contrario, siempre les gusta mantenerse reservados, evitar todos los riesgos y contentarse con el status quo.

El miedo es una prisión que uno mismo construye. Debes destruirlo con tu lealtad y amor.

El cuarto pecado: la cosificación

Muchas personas se dejan llevar por objetivos materiales. Su deseo por las cosas materiales se ha convertido en su única búsqueda en la vida. Su deseo de querer siempre más les hace sentir que conseguir más me hace feliz y me hace más importante. Pero, en realidad, nada de esto es cierto. Porque la felicidad que tienes dura poco.

Uno de los mitos más comunes creados por el hombre es que si tuviera más dinero, estaría más seguro, no. La riqueza se puede perder por varias razones que escapan al control humano. Esto es algo en lo que muchas personas impulsadas por objetivos materiales nunca piensan.

El quinto pecado: Querer reconocimiento.

Muchas personas se dejan llevar por la necesidad de obtener la aprobación de los demás. Dejan que sus padres, parejas, hijos, profesores o amigos los elogien por controlar sus vidas. Muchos adultos todavía intentan esperar la aprobación de sus padres poco simpáticos. Otros se dejan llevar por la presión de sus compañeros y están constantemente preocupados por lo que los demás pensarán de ellos. Es una pena que estas personas al final se hayan perdido.

No sé cuál es el secreto del éxito, pero uno de los secretos para evitar el fracaso es dejar de intentar complacer a todos. Las personas que se dejan llevar por las opiniones de otras personas nunca encontrarán el verdadero significado de la vida.

Puede haber otras fuerzas que controlen lo que dices, pero siempre conduce a un callejón sin salida: estrés innecesario y potencial sin explotar.