Escuela primaria recuerda a los mártires periódico de pizarra
Había una vez, en los largos años de lucha revolucionaria, por la liberación de la nación y la felicidad del pueblo, cuántos hijos e hijas heroicos de nuestra patria derramaron su sangre en la tierra de sus ciudad natal y en tierra de tierra extranjera. Algunos de ellos se han transmitido de generación en generación, mientras que otros ni siquiera conocen sus nombres. Pero todos se unieron por un objetivo común, que es luchar por la causa del sexo de por vida. Por el bien de la revolución, los mártires arrojaron su cabeza y su sangre, fueron valientes y valientes y estuvieron dispuestos a morir frente al enemigo. Mostraron su heroísmo indomable y dieron un ejemplo glorioso para nuestras generaciones futuras. Son el orgullo y la gloria de nuestra ciudad natal. ¡Compañeros de clase, cantemos sus alabanzas y recordémoslos con motivo del Festival Qingming!
Cuando era niña, mi madre y mis profesores solían decir que el pañuelo rojo que llevabamos en el pecho estaba teñido de rojo con la sangre de los mártires revolucionarios. En ese momento no entendíamos muy bien lo que significaba. Ahora, a medida que crecemos, comprendemos gradualmente que fueron los mártires quienes intercambiaron su sangre y sus vidas por nuestra vida feliz y la paz y tranquilidad de hoy. Podemos estudiar felices y crecer sanamente en un ambiente confortable. En este día soleado, aunque estamos lejos de la era del humo y la guerra, es posible que no nos demos cuenta de las dificultades de ese momento, pero hemos comprendido que la "felicidad" se gana con esfuerzo. El pañuelo rojo no es sólo una esquina de la bandera nacional, sino también la sangre y el sudor de nuestros antepasados. Frente al pañuelo rojo y a los mártires revolucionarios, nos sentimos profundamente conmovidos. Lo que nos dan es su espíritu intrépido y su búsqueda persistente.
Los estudiantes, como sucesores del nuevo siglo, debemos heredar las excelentes tradiciones de nuestros ancestros revolucionarios, comenzar desde cosas pequeñas, seguir los pasos de los mártires revolucionarios, estudiar mucho y luchar por la causa de *** hasta el final.
Por último, me gustaría terminar con una frase del presidente Mao.
"¡Los mártires revolucionarios son inmortales!"