¿Cuándo es la mejor época para ir al Monte Emei?
En primavera en Emei, es la estación en la que las azaleas florecen por toda la montaña, y puedes ver un mar de azaleas de colores. Además de apreciar las flores, también puedes participar en el Festival Emeishan (que dura un mes en marzo y abril) y disfrutar de la gran escena de miles de linternas brillantes brillando hacia los santos. El otoño en el monte Emei es corto. Desde mediados de septiembre hasta finales de octubre de cada año, las hojas de la montaña cambian de verde a amarillo, de amarillo a rojo. De pie en la cima de la montaña, con vistas al valle, verá escarcha espesa, hojas rojas, envueltas. Nubes y niebla, que es majestuosa. Entonces, la mejor época para ir al Monte Emei es de marzo a abril y de septiembre a octubre.
El monte Emei es hermoso y elegante en otoño, y las deslumbrantes hojas rojas por toda la montaña son un símbolo de sus colores otoñales. Los monos en el área de los monos robarán comida y agua a los turistas. Mantenga su mochila cerrada y mantenga las botellas de comida y agua fuera de sus manos. Se recomienda comprar una caña de bambú al pie de la montaña, que se puede utilizar como bastón.
Las principales atracciones del Monte Emei
1. Wanfoding
Wanfoding es el lugar escénico más alto y la reserva ecológica natural entre las cuatro famosas montañas budistas de China. También es el sitio del patrimonio natural y cultural mundial más alto de China. A una altitud de 3099 metros, el templo original en la cima del templo Wanfo se llama Manjusri Hall, también conocido como Liangqing Hall y Ji Le Hall. Fue construido en el período Zhengde de la dinastía Ming y reconstruido en el año 11 de Guangxu en la dinastía Qing. Tiene un edificio de colección de escrituras y una colección de miles de escrituras. La disposición de los tres picos del Pico de los Diez Mil Budas, el Pico de los Mil Budas y el Pico Jinding, cuando se ve desde el pie de la montaña, parece la cabeza de un coyote, de ahí el dicho "Emei con cabeza de coyote".
2. Noventa y nueve curvas
Noventa y nueve curvas es una famosa pendiente peligrosa en el Monte Emei, que comienza en el Pabellón Lingxiao y termina en el Puente Shouxing. Una curva tras otra, una pendiente tras otra. Cuando ves el final de una pendiente, de repente te das la vuelta y hay otra pendiente. Cuenta la leyenda que Samantabhadra llegó al monte Emei para construir un templo taoísta. Cuando pasó por este lugar, vio las montañas escarpadas, las pendientes pronunciadas y los caminos resbaladizos, rodeados de peligros. Le ordenó al Bodhisattva Lingzu que ordenara a los tres mil guerreros que lo acompañaban que comenzaran a construir paso a paso. Se formaron tres mil escalones de piedra en un instante. Cuando Lingzu los estaba recogiendo, resultó que había noventa y nueve vueltas en los escalones de piedra, de ahí el nombre de esta pendiente.
El contenido anterior se refiere a la Enciclopedia Baidu-Área escénica de Leshan Emeishan.