La importancia de la educación formal
Cultivar una rutina de vida
Desde la perspectiva del desarrollo individual del niño, establecer una buena rutina de trabajo y descanso puede hacer que la vida del niño tenga un ritmo razonable, lo que no solo puede Beneficiar el sistema nervioso La regulación también puede permitir que los niños participen activa y felizmente en diversas actividades y promuevan la salud física.
Debido a que los niños provienen de familias con orígenes diferentes, algunos niños tienen vidas irregulares por diversas razones. Sin embargo, en el jardín de infantes se hacen arreglos científicos y razonables de acuerdo con las necesidades físicas y psicológicas de los niños. Al vivir en él, los niños pueden desarrollar gradualmente hábitos de vida regulares, conceptos de tiempo y la capacidad de trabajar de manera organizada.
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Establecer una sensación de seguridad
Las personas se sentirán seguras viviendo en un entorno normal, al igual que los niños. Les gusta hacer las cosas según ciertos procedimientos. Las rutinas razonables crean una vida ordenada y armoniosa para los niños. En situaciones felices, naturalmente forman un sentido de reglas y comportamientos estandarizados que están en línea con su nivel de desarrollo físico y mental.
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La autodisciplina de los amigos
La autodisciplina se refiere a la capacidad de controlarse a uno mismo y cumplir con algunas reglas comunes. Esta habilidad se puede desarrollar gradualmente mediante la práctica diaria. Por ejemplo, cuando los niños escuchan cuentos, comen, toman una siesta o realizan actividades libres, necesitan controlar sus deseos y no hablar mientras comen, no hacer colas, no agarrar los juguetes de otras personas y no lastimar a los demás. Poco a poco, seguir las reglas se convertirá en un comportamiento independiente para el niño.
Educación rutinaria en clases pequeñas
Cuando los profesores imparten educación regular, primero deben dejar claro que la rutina no es igual a un hechizo. En la práctica, encontraremos que los niños a los que se les pide que hagan fila correrán desenfrenadamente, correrán y tendrán dificultades para controlarse sin la supervisión de los maestros. Esto muestra que algunas reglas irrazonables restringen a los niños. Sobre la base de una visión correcta de los niños, los maestros deben reconocer el estatus subjetivo de los niños, formular rutinas y considerarlas como el "lubricante" necesario para asegurar su desarrollo físico y mental. Por ejemplo, cuando el maestro cuenta una historia, los niños no se sientan en una fila lejos del maestro, sino que se sientan de manera irregular alrededor del maestro, creando una atmósfera armoniosa y una relación cordial. Organizar actividades de esta manera hace que los niños sean felices y cooperativos, lo cual es una manifestación externa de una buena educación regular. Los profesores deben presentar requisitos adecuados en función de la situación real de los niños.