Ensayo de memoria de la escuela primaria
También existe una escuela primaria en mi memoria de infancia, con un director práctico, estudiantes animados, un pequeño bungalow como salón de clases y un jardín de bambú en el patio trasero inclinado. Aunque los materiales no son tan buenos como los de otras escuelas primarias, siguen siendo mejores que la calidez. Este viaje al campo pareció revivir un viejo sueño. La diferencia es que el campus sigue siendo el campus en la memoria, pero los niños ya no son como antes.
Antes de llegar a la escuela primaria de Qijiacun, me imaginaba la elegante postura de pararme en el podio impartiendo conocimientos a los demás y esperaba con ansias charlar y reír con los niños como maestros y amigos. Sin embargo, después de ingresar al aula y convertirse en su maestro, la brecha entre la realidad y la imaginación hace reír o llorar a la gente. Sus actividades animadas y activas te harán sentir más cansado en clase, pero sus dulces sonrisas y voces infantiles pueden hacerte derretirte instantáneamente y hacerte incapaz de soportar hablar con dureza. Los niños tomarán tu mano durante mucho tiempo por una cosa pequeña. Esas reglas y regulaciones son completamente inaplicables a los jóvenes, que son amables y razonables y tienen diferentes niveles de desarrollo psicológico. También son muy efectivos.
Después de reflexionar sobre mis pensamientos y actitudes docentes, descubrí que ponía demasiado énfasis en la moralidad y las normas de comportamiento diarias en la enseñanza, mientras ignoraba su aceptación y estado psicológico. Han sido estudiantes y niños desde pequeños, ávidos de cosas nuevas e interesantes, más que de conocimientos útiles pero aburridos a los ojos de los adultos... El objetivo principal de nuestro viaje no es imponerles conocimientos, sino tener en cuenta sus Estado físico y mental, mediante clases didácticas diversas que estimulen su interés por aprender.
Además, lo más inolvidable es la profunda amistad que establecen dieciséis personas en este corto periodo de tiempo. En el trabajo, nos sonrojaremos por el manejo de algunos detalles, pero podremos recuperar rápidamente los sentidos y elegir el método más eficaz para avanzar juntos. En nuestra vida diaria, todos somos jóvenes vestidos de blanco que hemos salido de la torre de marfil. Ahora tenemos que lidiar solos con objetos cotidianos, agujas e hilos, lo que puede resultar extraño e incómodo, pero con la ayuda y el aliento de nuestros compañeros, no es ningún problema. Venimos de todas partes del mundo y tenemos diferentes preferencias y opiniones, pero trasnochar quince días y tener intereses comunes día y noche nos han convertido en una familia. Quizás muchos años después nos separemos, pero nunca olvidaremos la alegría y el contacto aquí.
Desde el nerviosismo de subir al podio por primera vez hasta las desganas de abandonar la última clase, saboréalo con atención. Aunque fue un poco accidentado, se benefició mucho. Hace muchos años, era muy repulsivo con los profesores cuando charlaba con mis amigos. Ahora creo que soy joven y frívolo, y he malinterpretado las preocupaciones y alegrías de la profesión docente. A la hora de convertirnos en docentes, aprender desde la secundaria es el modelo, y todavía estamos en el camino.