Composición de los estudiantes de primaria en proyectos de medios de vida
La civilización es como una luz. Si las luces fueran más brillantes, habría menos oscuridad a nuestro alrededor. Creo que el corazón de cada uno es como una ventana. Cuando las ventanas están abiertas, entra la luz. Creo que si prestas mucha atención, descubrirás que la civilización realmente nos rodea.
Era sábado, hacía sol y nubes blancas flotaban en el cielo azul. Cuando mi amigo y yo caminábamos uno al lado del otro hacia una intersección, estábamos a punto de caminar sobre un paso de cebra. Sin embargo, de repente se encendió una luz amarilla en la acera y pasó un autobús, por lo que nos detuvimos rápidamente. Justo cuando estábamos estacionando, el autobús se detuvo y el conductor sonrió y nos indicó que fuéramos primero. Mi amigo y yo caminamos en tres pasos. Pensé para mis adentros: este conductor es muy civilizado y orientado a las personas. Los vehículos y peatones que circulan son como notas saltarinas, tan rítmicos como el parpadeo de los semáforos. Esta escena es como innumerables pianos de cola tocando una canción civilizada de una ciudad armoniosa.
Otro domingo fui al cine a ver una película. Había un joven sentado a mi lado. Estaba viendo una película y comiendo semillas de melón, pero no había nada en el suelo a su alrededor. ¿Por qué? Resultó que había colgado una bolsa de plástico en el reposabrazos de la silla y arrojó todas las semillas de melón partidas en la bolsa de plástico. Esto puede parecer un pequeño esfuerzo, pero no sólo te limpia a ti mismo, sino que también crea un ambiente agradable para los demás. ¡Simplemente mata dos pájaros de un tiro!
Por la noche, mi hija y yo salimos a caminar por el parque. Nada más llegar a la puerta de nuestra casa, vimos unas bolsas de plástico blancas esparcidas por el suelo, rodando con el viento. , lo que hacía que la gente se sintiera sucia. ¡Vaya! Por cierto, ¡sé un ciudadano común y corriente civilizado!
Sucede que tengo un bolso en el bolso. Mi hija y yo recogimos basura y puse esas bolsas de plástico sucias en la bolsa de higiene. Los recogimos mientras caminábamos hasta llegar al lago. Al ver que hay mucha basura debajo del taburete, parecen enemigos astutos escondidos en la oscuridad. La hija se agachó y los metió en la bolsa uno por uno, y luego los arrojó a la basura. Mirando hacia atrás, sentí que el parque estaba mucho más limpio y ¡una sonrisa de satisfacción apareció en mi rostro!
Resulta que la civilización es así de simple. No necesitamos hacer ninguna hazaña trascendental, siempre y cuando hagamos todo bien, es la expresión de la civilización. Cuando veas basura en el suelo, toma la iniciativa de recogerla y tirarla al basurero; cuando veas que alguien cae, ayúdalo a levantarse; cuando veas a un anciano ceder su asiento en el autobús... En resumen, mientras cada uno de nosotros dé un pequeño paso adelante, ¡nuestro país dará un gran paso hacia la civilización!