Vea la grandeza en lo ordinario y busque principios y materiales exquisitos.
Las pulgas tienen una gran capacidad para saltar. Parece discreto, pero puede saltar decenas de veces su propia longitud, lo que equivale a una persona que cruza un campo de fútbol americano paso a paso. Es increíble, son tan repugnantes como ratas callejeras y tienen la asombrosa habilidad de batir récords y avergonzar a los campeones del mundo. Se ve que todo tiene un lado positivo.
De hecho, cada pequeña cosa tiene su propia gran creación. Nacieron con una misión, vinieron a este mundo con responsabilidades pesadas o livianas, trabajaron silenciosamente, grandes o pequeñas, y lentamente salieron de su propio destino. Gracias a ellos, el mundo formará un gran plan completo y ordenado. Pero estamos acostumbrados a rendir homenaje a los grandes hombres, pero dejamos que lo ordinario desaparezca capa por capa en el tiempo infinito. La gente corriente sigue siendo desconocida debido a la mediocridad, pero, por otro lado, también hay muchos talentos corrientes que han creado muchos logros extraordinarios.
En esos años de dolor y humillación, vi la grandeza de lo ordinario. La centenaria humillación nacional de China es una epopeya interminable de sangre y lágrimas. El emperador no pudo salvarlos porque no podía salvarse a sí mismo. El Ministro de Estado no puede sacar a la gente de los problemas porque está al límite de su capacidad. Cuando la tierra de China fue pisoteada hasta quedar irreconocible una y otra vez por invasores humillados, la gente se levantó con valentía y sin miedo, y muchos de los que cayeron se levantaron nuevamente. El poder ordinario puede conmocionar los corazones de las personas.
Esto me recuerda una vez más la resiliencia de las hormigas que salen del fuego. Debes haber escuchado la historia de las hormigas que se abrazan, salen corriendo del mar de fuego y cobran nueva vida. Si se hubieran separado rápidamente, podrían haber sido devorados por el fuego. E inesperadamente se abrazaron en una colonia de hormigas, haciéndose más y más grande, saliendo corriendo de las llamas. Capas de hormigas carbonizadas cayeron como polvo de carbón, dejando enormes bolas de hormigas después de salir corriendo de las llamas. La trabajadora tribu de las hormigas casi ha colapsado, dejando solo cicatrices en el horizonte, pero también deja esperanzas para la continuación de su carrera de colonias de hormigas.
La capacidad de los seres vivos para resistir los desastres no deja de sorprender a la gente. Su vida es sólo trabajo, saliendo temprano y regresando tarde, viviendo en silencio siguiendo las leyes de la naturaleza. ¿Son geniales? No, son normales. Para el mundo, eran simplemente tornillos ordinarios, pero la vitalidad que estallaron en ese momento iluminó todo el cielo.
A veces, hay una grandeza extraordinaria en lo ordinario.