En la esquina de la historia
Elijo la revolución. Cuando un país está en peligro o en una encrucijada histórica, significa que hay contradicciones estructurales en el sistema social del país y ya no es una sociedad sana y dinámica. La reforma es de arriba hacia abajo, lo que significa que la clase dominante debe tener en cuenta sus propios intereses al realizar la reforma. La reforma es como remendar ropa vieja: seguramente será incompleta y los problemas sociales originales no podrán resolverse por completo. Ante una crisis, el país debe utilizar suficientes capacidades organizativas de resistencia y coordinación, de lo contrario será la destrucción del país. Las reformas inadecuadas y de reserva son obviamente difíciles de afrontar desafíos históricos llenos de riesgos. La revolución es de abajo hacia arriba y puede ajustar completamente la estructura social original, llenando a la sociedad de vitalidad y vitalidad, haciéndola plenamente capaz de enfrentar los desafíos y captar el futuro.
Por supuesto, cualquier hecho o periodo histórico tiene sus particularidades y requiere un análisis específico. Revoluciones como la Guerra de Liberación que derrocó al Kuomintang dieron a la nación china un futuro nuevo y brillante. La rebelión Taiping no sólo no logró promover el movimiento, sino que también produjo enormes efectos sociales negativos. Que se trate de reforma o revolución depende de las tendencias históricas.