Las causas y el proceso del conflicto palestino-israelí
Origen
Las semillas del conflicto palestino-israelí se remontan al movimiento sionista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El objetivo de este movimiento es establecer un Estado judío en la zona de Palestina donde históricamente vivieron los judíos. Después de la Primera Guerra Mundial, Palestina pasó a ser un mandato británico. En 1917, Gran Bretaña emitió la Declaración Balfour, comprometiéndose a apoyar el establecimiento de una "patria judía" en Palestina.
A medida que más y más inmigrantes judíos entraban en Palestina, los conflictos con los residentes árabes originales se intensificaron gradualmente. En 1947, las Naciones Unidas propusieron el plan de partición palestina, conocido como Resolución 181, que pretendía dividir Palestina en países judíos y árabes. Aunque los representantes judíos aceptaron la resolución, los países árabes y los árabes palestinos se opusieron firmemente a ella.
Estalló el conflicto.
En 1948, Israel declaró su fundación y fue inmediatamente atacado por los países árabes circundantes. Esto marcó el comienzo de la primera guerra en Oriente Medio. Después de la guerra, Israel tomó el control de más territorio y cientos de miles de palestinos se convirtieron en refugiados. En las décadas siguientes, las dos partes experimentaron múltiples conflictos militares, como la Crisis de Suez en 1956, la Guerra de los Seis Días en 1967 y la Guerra de Agosto en 1973.
Esfuerzos de paz y conflicto en curso
Después de la década de 1970, la Organización para la Liberación de Palestina comenzó a buscar una solución pacífica con Israel. Los Acuerdos de Oslo de 1993 fueron un importante acuerdo de paz alcanzado entre Palestina e Israel, que marcó el reconocimiento oficial de la existencia del otro por ambas partes y el inicio de las conversaciones de paz.
Sin embargo, el proceso de paz no transcurrió sin problemas. Las dos partes tenían serias diferencias sobre cuestiones fundamentales como el territorio, los refugiados y la propiedad de Jerusalén. Además, los extremistas de ambos lados se oponen al proceso de paz. En el año 2000 estalló el segundo levantamiento palestino que causó un gran número de víctimas.
En el siglo XXI, aunque los dos bandos lograron un breve alto el fuego durante algunos períodos, el conflicto continuó. El ascenso de Hamas y su ruptura con Fatah ha complicado aún más la política palestina. El conflicto palestino-israelí no sólo afecta a las relaciones entre ambos países, sino que también afecta a la estabilidad de todo Oriente Medio.
En resumen, el conflicto palestino-israelí es una cuestión profundamente arraigada, y los factores históricos, políticos y religiosos involucrados lo convierten en una de las disputas más complejas y duraderas del mundo. Pero muchos todavía esperan que ambas partes puedan encontrar una manera pacífica de poner fin al conflicto que dura décadas.