¿Cómo deben los padres educar a los niños a quienes les gusta gastar bromas?
1. ¿Cuáles son las razones por las que a los niños les gusta hacer bromas?
Cuando se descubre que a un niño le gusta hacer bromas, los padres deben comprobar si es porque el niño suele estar ocupado con el trabajo y no le presta suficiente atención o le falta cuidado.
Porque algunos niños suelen hacer bromas, no porque les guste, sino simplemente para llamar la atención de sus padres. Cuando los padres se preocupan y aman lo suficiente por sus hijos, éstos no tendrán la intención de hacer travesuras.
Entonces, cuando los padres descubren este problema, deben dedicar más tiempo a observar la vida y las actividades internas de sus hijos, encontrar la fuente de sus travesuras y luego recetarles el medicamento adecuado.
2. Comunícate activamente con los niños y hazles darse cuenta de sus errores.
Cuando los padres descubren que sus hijos les están gastando bromas, deben comunicarse activamente con ellos. Como padres, debéis hablar con vuestros hijos en pie de igualdad durante el proceso de comunicación.
Nunca te comuniques con tu hijo de manera condescendiente, ni intentes reprimirlo o cambiar su comportamiento a la fuerza. De lo contrario, no sólo no proporcionará una orientación correcta, sino que además será contraproducente.
Debido a que los niños aún son pequeños, es posible que no tengan idea de las bromas. Simplemente piensan que son divertidas, pero no se dan cuenta de que las bromas pueden lastimar a otros.
En este momento, los padres deben guiar pacientemente a sus hijos y hacerles saber que hacer bromas está mal si no tienen cuidado, pueden causar un desastre.
3. Aconsejar atentamente a los niños y regular su comportamiento.
Hablando de esto, me recuerda a un día que estaba comiendo en un restaurante de comida rápida, vi a una madre con dos hijos (un niño y una niña). En ese momento, la madre del niño fue a recoger la comida y el niño se mostró travieso. Le gastó bromas a su hermana mientras su madre estaba fuera.
Cuando mi hermana estaba a punto de sentarse en la silla, la sacó. Mi hermana inmediatamente se cayó y lloró fuerte. Mi madre se acercó rápidamente cuando escuchó el sonido. Pensé que la madre regañaría al niño o que la golpearían.
Sin embargo, no es así. La madre levantó a la niña, le secó las lágrimas del rostro y le permitió calmarse un rato.
Luego se agachó y habló con el niño, diciéndole que estaba bien y que su hermana estaba bien. Si cayera encima de otro niño, sería una catástrofe. También le dijo al niño que estaba mal y que podría caerse sobre su hermana o romperse la cabeza o algo así. Cuando se le preguntó si el niño se daba cuenta de lo que había hecho mal, asintió con pesar.
Bajo la paciente educación de su madre, el niño no sólo se dio cuenta de las consecuencias de su broma, sino que también admitió su error. Debo decir que vale la pena aprender los métodos educativos de esta madre.
Los padres deben prestar atención a este tema. Al mismo tiempo, al educar a los niños, también debemos prestar atención a sus actitudes y lenguaje, para que se den cuenta de la gravedad de la broma y luego poco a poco vayan haciendo algunos cambios.
Además, los padres deben prestar más atención a sus hijos, comprender sus actividades internas, descubrir problemas y educar a sus hijos para regular su comportamiento de manera oportuna.